El presidente de la Coordinadora de ONG para el Desarrollo, Andrés Rodríguez Amayuelas, ha comparecido hoy en el Congreso de los Diputados a invitación de la Comisión de Cooperación Internacional. La ocasión ha permitido llevar a la cámara nuestras reflexiones sobre el camino que ha de construir la Agenda 2030; una ruta hacia un país comprometido con el desarrollo de las personas -en España y en cualquier lugar del mundo-, y con la protección del planeta que habitamos.

Su intervención, que puede ser resumida en 10 puntos clave, ha finalizado con una referencia al día de las personas refugiadas: “hacemos  una llamada urgente a la garantía de los derechos de las personas refugiadas a su acogida  y a la protección de quien busca refugio y una vida mejor; pero también a la responsabilidad que tenemos en el origen de las crisis de las huyen 65,6 millones de personas. Tal como establece la Agenda 2030, apostar por políticas que afronten esos problemas de manera integral es urgente”.

10 puntos clave para que la Agenda 2030 sea una palanca de cambio hacia un país comprometido con su ciudadanía, con el mundo y el medioambiente. (El documento completo puede ser consultado aquí).

  1. Participación de la sociedad civil. Sin la participación de la ciudadanía, no habrá transformación. El papel de la sociedad civil organizada será crucial para que la Agenda sea viable desde los contextos más locales a los europeos, pasando por los autonómicos y por el estatal.
  2. Liderazgo y coordinación al más alto nivel. El camino por el que avanzará la Agenda 2030 sebe ser liderado al más alto nivel, es decir, bajo el timón de la Presidencia o la Vicepresidencia del gobierno. Entendemos que es ese, y no otro, el ámbito capaz de garantizar una aplicación interministerial e interterritorial al mismo tiempo.
  3. Análisis de partida. Para que el camino avance adecuadamente, es necesario elaborar un análisis de la situación de partida que permita determinar qué políticas hay que modificar, cuáles deben continuar y cuáles hay que incorporar.
  4. Estrategia nacional. El gobierno, en diálogo con los distintos agentes sociales y territoriales debe elaborar una Estrategia Estatal de Desarrollo Sostenible. Una estrategia que tenga su traducción en una Ley de Desarrollo Sostenible que incorpore tres dimensiones cruciales: la social, la económica y la ambiental.
  5. Presupuestos específicos. La voluntad se demuestra caminando y para caminar se necesitan recursos económicos. Deben establecerse partidas suficientes en los Presupuestos Generales del Estado, en los de las Comunidades Autónomas y en los de las Administraciones locales. Solo así se garantizará una correcta implementación de la Agenda y campaña de sensibilización ciudadana. Una partida que debe ser específica y que, por tanto, debe ir acompañada de la recuperación de la Ayuda Oficial al Desarrollo –tal como se comprometió el gobierno con la firma de los Acuerdos de Addis Abeba y como siempre desvinculada de intereses comerciales, de seguridad y de control migratorio.
  6. Coherencia de políticas para el desarrollo sostenible. Las distintas políticas que ponga en marcha el gobierno han de ser coherentes entre sí de manera que garanticen los derechos humanos y refuerce la idea de que remamos en la misma dirección desde todas las políticas y actuaciones del gobierno.
  7. Sistema de indicadores. Evaluar el avance o retroceso de la Agenda 2030 solo podrá realizarse si contamos con un sistema consolidado de indicadores que nos permita medir con rigor lo conseguido en relación a lo comprometido. Para ello es necesario reforzar el Instituto Nacional de Estadística y los órganos de estadística de las Comunidades Autónomas. Necesitamos avanzar en mecanismos alternativos de medición del progreso más allá del PIB.
  8. Papel destacado del Parlamento. El Parlamento debe jugará un papel fundamental en la implementación y seguimiento de la Agenda; deberá definir los espacios adecuados para su acompañamiento..  Esa definición de espacios debería descansar en cuatro criterios: la dimensión del largo plazo, a 2030 y la necesidad de estructuras duraderas; la trascendencia política de un proceso que requiere del más alto nivel; la necesidad de realizar el seguimiento desde estructuras intersectoriales que trasciendan el ámbito de la cooperación para el desarrollo; el contar con un espacio hegemónico de control al gobierno con carácter anual.
  9. V Plan Director. El enfoque de la Agenda 2030 debe ser incorporado en el V Plan Director de la Cooperación Española. Esto implicará apostar por una mirada a largo plazo que supera el estrecho marco legal de cuatro años –que es el que ahora está vigente. Exigirá también una estructura institucional que responda de manera eficaz a los retos de la Agenda.
  10. Papel local, autonómico y europeo. Hay que aprovechar el papel que pueden y deben jugar las Comunidades Autónomas y las Administraciones Locales, sobre todo a la hora de activar a la ciudadanía con campañas de sensibilización. Por otra parte, no se podrá implementar correctamente la Agenda en nuestro país sin tener en cuenta la dimensión europea –de hecho, las organizaciones sociales estamos preocupadas por la falta de visión de la Comisión Europea y hemos propuesto alternativas centradas en el desarrollo sostenible y los derechos humanos.

 

 

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