Ante la actual coyuntura mundial caracterizada por la existencia de una crisis sistémica que es, sobre todo, una crisis de cuidados que también afecta al planeta, La Coordinadora presenta su estudio “Análisis comparado de sistemas integrales de cuidados en países referentes de la UE, América Latina y el Caribe”.
Nos sumamos así a este debate generando conocimiento sobre la naturaleza y las características de las distintas políticas de cuidados desde una mirada integral y regional, centrándose en un análisis detallado de seis países referentes en la materia: Argentina, Francia, España, México, República Dominicana y Suecia.
Reflexionar sobre los cuidados desde una perspectiva integral y sistémica resulta una tarea obligada. Es durante y a partir de la pandemia por COVID-19 cuando se toma una mayor conciencia de los riesgos que conllevan un sistema y un modelo de desarrollo insostenibles y cuando los cuidados ganan relevancia en el debate público.
Laura Oroz, directora de Cooperación con América Latina y el Caribe de la AECID, manifestó en la apertura del evento que “trabajar, analizar y debatir sobre los cuidados es clave para la cooperación española”. Según Laura Oroz, “los cuidados deben ser el centro para abordar de manera integral otros temas como la protección social, el urbanismo, la salud o el género, esenciales en el tipo de cooperación que lleva a cabo la AECID”.
Desde una perspectiva ecofeminista, decolonial y de derechos humanos, esta investigación aborda retos compartidos en ambas regiones como la crisis generalizada de los cuidados -asociada a relaciones de poder de género, clase y raza- y el envejecimiento de la población. Marta Pajarín – del equipo investigador de la Unidad de Género de la Escuela de Gobierno de la UCM y coatura del estudio junto a Marta Carballo de la Riva y Ana López Castelló – mencionaba que “el estudio parte de una revisión crítica que la perspectiva feminista realiza al modelo de desarrollo hegemónico. La transición hacia sociedades del cuidado ha de ser el eje que oriente los cambios profundos en el modelo actual que es insostenible”.
Tal y como apunta el estudio, en Europa el 90% de las personas que trabajan en el sector de los cuidados son mujeres y, en América Latina y el Caribe, las mujeres dedican tres veces más tiempo que los hombres al trabajo no remunerado. La crisis del modelo de desarrollo en el Norte global y la crisis de reproducción en los Sures globales evidencian la necesidad de una transformación profunda en nuestros sistemas de cuidado.
Avanzar hacia sociedades con los cuidados en el centro implica cambiar la mirada. Julissa Jáuregui, vocal de feminismos de la Junta de Gobierno de La Coordinadora, afirmaba que este cambio de mirada pasa por “asumir concepciones amplias e integrales sobre los cuidados que incluyan la dimensión ambiental, la promoción de una cultura del cuidado y la justicia social, de género y racial”.
La coherencia de políticas es clave para abordar de manera integral los cuidados. Para ello, es necesario “reforzar el engranaje entre políticas públicas como las de salud, educación, políticas de empleo, migración, derechos sexuales y reproductivos o para la erradicación de todas las violencias machistas y basadas en género”, como apuntaba Julissa Jáuregui.
En una mesa de debate compuesta por diversas representantes institucionales, académicas y organizaciones de la sociedad civil de ambas regiones y moderada por Luciana Peker, periodista y escritora feminista argentina, se debatió sobre el Pacto birregional por los cuidados entre América Latina, el Caribe y la Unión Europea. Dicho Pacto reconoce el derecho de las personas a cuidar, a ser cuidadas y a ejercer el autocuidado, incluyendo medidas para superar la división sexual del trabajo y transitar hacia una justa organización social de los cuidados.
“El Pacto birregional es el pilar sobre el que construir ese nuevo modelo de desarrollo que sea sostenible, a su vez, para la vida y el planeta”, resaltó Penélope Berlamas, vicepresidenta I de La Coordinadora. A su vez, Natalia Guala, directora técnica de Relaciones Internacionales, Grupo Social ONCE, reivindicó que este acuerdo debería visibilizar y reconocer a las personas con discapacidad en todas las dimensiones del cuidado: “las personas con discapacidad también brindamos cuidados, particularmente niñas y mujeres, y tenemos derecho al autocuidado«.
El estudio “Análisis comparado de sistemas integrales de cuidados en países referentes de la UE, América Latina y el Caribe” recoge recomendaciones y plantea líneas de avance hacia modelos más integradores, justos y sostenibles sobre los cuidados, como la necesidad de profundizar en estándares internacionales sobre el derecho al cuidado o garantizar un financiamiento público suficiente, adecuado y estable de las políticas y sistemas de cuidado que aseguren su universalidad y progresividad. En esta línea, Raquel Coello, especialista regional en políticas de empoderamiento económico de ONU Mujeres, señaló que “la inversión en cuidados no solo es necesaria sino que es inteligente. No habría PIB sin cuidados. De hecho, el trabajo de cuidados no remunerado sería equivalente a un 20% del PIB».
De cara al nuevo ciclo institucional, tras las elecciones al Parlamento Europeo y la renovación de la Comisión Europea, este debate y análisis es sumamente relevante para avanzar en una agenda común feminista construida con la participación de organizaciones feministas, pueblos originarios y mujeres migrantes y racializadas. Desde La Coordinadora consideramos que es urgente dar respuesta a la pregunta “¿quién cuida a las que cuidan?” y, por ello, apostamos por una sociedad del cuidado que priorice la sostenibilidad de la vida y del planeta con los derechos de las personas que cuidan y que necesitan cuidados en el centro.
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