En el corazón del Amazonas ecuatoriano se encuentra el Parque Nacional del Yasuní. Con una superficie total de 9.820 kilómetros (el mismo tamaño que toda la provincia de Lugo y superior a la Comunidad de Madrid) el Yasuní está catalogado como una de las zonas con mayor diversidad por metro cuadrado del planeta. En este mismo sitio de ensueño donde viven diferentes pueblos indígenas, alberga también nueve bloques petroleros, donde la mayor parte de ellos llevan décadas de explotación. Enfermedades, sobre todo en mujeres, contaminación de los ríos y desforestación, son solo algunos de los impactos que a lo largo de los años han ido haciendo mella tanto en sus habitantes, como en el territorio.
Frente a esta situación, comunidades y organizaciones decidieron reunirse para intentar parar la extracción de hidrocarburos en el Yasuní. Diez años más tarde, el 20 de agosto de 2023, se celebró en Ecuador un referéndum para detener la extracción petrolera en la zona del bloque 43 del ITT. EL Sí se impuso en la Consulta del Yasuní con casi un 60% de los votos. A partir de ahora, se suspende la explotación petrolera actual y no se podrán firmar nuevos contratos para la extracción de este recurso. Lo que parecía un sueño, se hizo realidad.
Zenaida Yasacama, Vicepresidenta de la Confederación de Nacionalidades Indígenas de Ecuador (CONAIE), fue una de las activistas medioambientales que estuvo al frente de la campaña “Sí al Yasuní”. Según nos relata, durante día y noche estuvieron llamando puerta con puerta para explicar a la gente de todo el país la importancia de proteger un territorio como el Yasuní: “Nos hicieron creer que el extractivismo era desarrollo y lo que nos ha traído es la pobreza y la enfermedad, especialmente a las mujeres“
De la mano de Zenaida hacemos un recorrido por estos 10 años de consulta, del éxito, de los retos de hacer efectiva esta consulta y de la importancia de crear redes a nivel internacional para hacer frente a la emergencia climática.
P. Algo que parece una utopía en la actualidad, ha sido logrado por ustedes. ¿Cómo han conseguido que se impusiera el Sí en la consulta del Yasuní con casi un 60% de los votos?
R. El triunfo del “Sí al Yasuní” ha sido un gran trabajo realizado con todos los colectivos, ambientalistas y sectores sociales. Realmente han sido un eje de trabajo conjunto y hemos conseguido convertirlo en una lucha histórica. Ha sido histórico porque es un ejemplo de convicción y firmeza para seguir protegiendo nuestra selva en todos los territorios de los pueblos y nacionalidades de la región amazónica. Esto, inevitablemente, también sirve a todos los países de la Cuenca Amazónica que están en esta misma lucha por defender los territorios. Nos sentimos muy victoriosos y estamos muy agradecidos con toda la ciudadanía ecuatoriana y con todos nuestros colectivos. Al menos hemos mantenido esta cercanía bastante fuerte con los colectivos del Yasuní, la cual ha sido clave para esta importante victoria para el Ecuador y el mundo.
P. ¿Cómo han sido el proceso en estos 10 años para unir a organizaciones y comunidades en defensa del Yasuní?
R. La CONAIE es una organización que tiene un histórico de lucha en la defensa del territorio, de la naturaleza, de los ríos, de la vida y de los derechos colectivos. Y esto nos ha hecho también tener esa confianza con otros colectivos y con la sociedad, viendo la firmeza en la lucha. Claro que no ha sido fácil para nosotros. Más bien aquí la participación de la juventud, de las mujeres, ha sido muy importante. En estos 10 años que ha durado el proceso hemos contado con el apoyo de personas que se han sumado a jornadas de trabajo muy complejas. A pesar de las amenazas, persecuciones y campañas sucias que se han hecho desde el Estado, hemos conseguido hacer una campaña puerta por puerta con diferentes nacionalidades y con otros pueblos. Se ha trabajado día y noche en las tres regiones del Ecuador como la Amazonía, Costa y Sierra para explicar que la defensa del Yasuní no supone un retroceso económico y social para el país. Pero el triunfo del Sí al Yasuní no puede quedar aquí. Es importante que podamos contar con la solidaridad por parte de colectivos internacionales, para así seguir estrechando la mano y avanzar con este proceso.
P. ¿Cuáles han sido las dificultades que se han encontrado por el camino hasta llegar finalmente a este éxito que han logrado?
R. Las dificultades han sido muy numerosas. Por parte del Estado se ha hecho una campaña gigantesca para decir No al Yasuní, con compra de conciencia, amenazas y persecuciones. Sin embargo, hemos conseguido salir hacia adelante, se ha podido lograr, se ha podido triunfar y eso para nosotras es un paso hacia adelante. Desde CONAE hemos organizado jornadas de trabajo, mingas y otras acciones que han funcionado bien. Es una victoria que la ciudadanía ecuatoriana haya decidido detener la explotación petrolera. Tras la consulta comienza una nueva etapa que la han llamado como descarbonización y descolonización de los territorios.
P. ¿Qué pasos se tienen que seguir para hacer la consulta efectiva?
R. El Estado ecuatoriano tiene que reconocer y trabajar con el tema de la limpieza ambiental en el territorio del Yasuní y resolver los daños causados durante estos años. Otro paso que ahora estamos exigiendo es que el nuevo gobierno electo respete las decisiones colectivas del pueblo ecuatoriano con respecto al Yasuní. No queremos que esto se quede en la nada, porque anteriormente el presidente Guillemo Lasso había manifestado que se podría hacer otra consulta localmente y a nivel provincial en dos provincias como Orellana y Sucumbíos. Vamos a exigir el cumplimiento de los procesos para que se hagan verdaderamente realidad, con el fin de que los gobiernos reconozcan los daños ambientales y los daños causados socialmente.
P. En España no existe todavía una adopción de una ley vinculante de debida diligencia en materia de derechos humanos y medioambientales que las empresas se vean obligadas a cumplir. ¿Qué impacto directo tiene este hecho sobre los territorios donde se asientan estas empresas?
R. Históricamente los impactos directos han sido, tanto en el pasado como ahora, las enfermedades, el abandono total, la división de la forma de vida y de organización. Vivimos de la caza y de la pesca y los derrames petroleros han causados contaminación en los ríos y en todos los territorios. Impactos que hasta ahora el Estado ecuatoriano no ha podido solucionar. Han surgido varios tipos de enfermedades, donde las más afectadas son las mujeres. Eso es muy preocupante en estos territorios que habitan nuestros pueblos y nacionalidades. Incluso esto también ha afectado a nuestros hermanos en aislamiento, no contactados, porque ha sufrido muertes violentas
P. ¿En qué debería basarse el desarrollo de un país desde la cosmovisión indígena?
R. Como pueblos indígenas y desde nuestra propia visión, es importante potenciar los emprendimientos que han surgido en los pueblos y nacionalidades a nivel de la región amazónica. Hemos pensado el tema del turismo ecológico y el turismo comunitario, para el desarrollo de los pueblos y nacionalidades. Tenemos una gran riqueza en nuestros territorios con tantas cosas maravillas que existen. Hemos visto que sí se puede lograr un desarrollo equitativo dando alternativas . ¿Por qué? Porque nos han hecho creer que las empresas petroleras y extractivas, son el desarrollo para el país y para los pueblos indígenas. Sin embargo, hemos vivido más de 60 años con la explotación petrolera y en vez de traernos desarrollo, lo único que nos ha traído ha sido la pobreza, enfermedad, abandono y una total destrucción de los territorios.