El 7 de junio la Comisión Europea y el Servicio de Acción Exterior de la UE publicaban conjuntamente la nueva agenda para las relaciones entre la UE y América Latina y el Caribe. Fomentar “una asociación estratégica modernizada y más sólida, el comercio, la inversión y sociedades más sostenibles, justas e interconectadas con las inversiones del fondo Global Gateway” son algunos de los asuntos prioritarios que marcarán la nueva agenda y se debatirán durante la Cumbre. Irene Bello, presidenta de La Coordinadora de Organizaciones para el Desarrollo, considera que esta nueva agenda debe garantizar “la apertura del espacio de la sociedad civil y generar entornos favorables para organizarse sin riesgos”, condición sin la cual no es posible avanzar hacia sociedades más democráticas, justas y sostenibles. La Cumbre es uno de los momentos clave para que la Presidencia Española del Consejo de la UE impulse una cooperación entre las regiones coherente con el desarrollo de políticas sostenibles, feministas e igualitarias.
En un contexto global caracterizado por el cierre del espacio cívico, preocupa especialmente la grave situación que se vive en América Latina y el Caribe, una de las regiones más desiguales del planeta y donde se registra el mayor número de asesinatos a personas defensoras de derechos humanos. Entre las propuestas más urgentes que planteamos desde La Coordinadora se encuentran que los acuerdos comerciales y las inversiones se realicen según estándares ambiciosos de de Debida Diligencia, que aseguren que todas las empresas respetan los derechos humanos y el medioambiente; la adopción de un doble pacto por las sociedades del cuidado y para erradicar toda forma de violencia contra las mujeres en ambas regiones; o el cumplimiento de los compromisos climáticos fijados en la Convención Marco de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático.
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La participación de una sociedad civil activa, independiente y diversa resulta crucial para definir soluciones frente a la crisis climática, las violaciones de derechos humanos cometidas por empresas transnacionales o las violencias basadas en género. Es por ello que diversas organizaciones que formamos parte del Grupo de Trabajo de la Sociedad Civil UE-ALC (América Latina y Caribe), solicitamos a las y los líderes políticos e instituciones reunidas en la Cumbre un compromiso político real para que, en el marco de la renovación de las relaciones birregionales, las voces de la sociedad civil sean tenidas en cuenta.
En una carta enviada a Charles Michel -Presidente del Consejo-, Josep Borrell -Alto Representante de la UE-, Jutta Urpilainen -Comisaria de Partenariados Internacionales-, al Presidente Sánchez y al Primer Ministro belga, Alexander de Croo, más de 40 organizaciones solicitamos la creación de un espacio permanente y multiactor que garantice la participación de la sociedad civil. Así como estatus de observadoras durante la Cumbre y la oportunidad de presentar directamente los mensajes clave de la sociedad civil a los Jefes de Estado y de Gobierno reunidos en Bruselas.
Para renovar las relaciones birregionales, la UE debería “evitar repetir un modelo que, hasta ahora, ha conducido a aumentar las brechas entre ricos y pobres y a la destrucción del Amazonas”, señala Hernán Saenz, Coordinador de Incidencia de Oxfam para América Latina y el Caribe. En el documento de propuestas publicado por el Grupo de Trabajo UE-LAC se prioriza “abordar estas desigualdades, promoviendo la protección social, sistemas integrales de cuidados, una fiscalidad progresiva, trabajo digno, recursos para servicios básicos y una relación birregional feminista”. Desde La Coordinadora también proponemos impulsar un pacto en favor de la igualdad en la región que contemple la financiación de transiciones justas y destinar los fondos del Global Gateway a la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible.