Estimado presidente:

Como bien sabe, la invasión militar de Rusia contra Ucrania está generando un enorme sufrimiento en toda la región y en todo el planeta. Ya ha pasado un año desde su inicio y el recrudecimiento de la situación está generando graves vulneraciones de los derechos humanos. Según Naciones Unidas, más de trece millones de personas se han visto obligadas a abandonar sus hogares, ocho millones se han refugiado en Europa. En total, más de 18 millones de personas necesitan asistencia humanitaria en Ucrania y en toda Europa. Asistimos a una creciente devastación de ciudades e infraestructuras; el impacto de la guerra sobre la vida es desolador. Son especialmente preocupantes las consecuencias sobre las mujeres -por la violencia sexual ejercida por las fuerzas ocupantes y el aumento de la violencia de género-; también es crítico el impacto sobre la infancia y la población mayor, por su situación de especial vulnerabilidad.

No dudamos de que conoce bien estas informaciones. Por eso, más que transmitirle el dolor que causa tal situación, quisiéramos hacerle propuestas sobre qué podemos hacer para evitar que la situación empeore aún más. Son propuestas de organizaciones de paz y desarrollo que contamos con amplia experiencia en situaciones similares.

En primer lugar, en unos meses asumirá el cargo de la presidencia del Consejo Europeo; entonces, usted estará en una posición clave para promover una agenda de paz. Es el momento de realizar un llamado urgente y global para la construcción de la paz; esta es la única salida realista, sostenible y respetuosa con la vida de millones de personas.

Se necesitan mayores esfuerzos e iniciativas internacionales para generar condiciones de diálogo y negociaciones. Un paso esencial para construir escenarios futuros en los que se produzcan la retirada de las fuerzas militares rusas y el cese de las hostilidades. Le pedimos que su presidencia sirva para avanzar hacia una solución negociada y un alto el fuego. Sabe muy bien que puede hacerse mucho más de lo que se ha hecho hasta ahora.

En segundo lugar, le pedimos que abandere una agenda de paz desde la palabra y, sobre todo, desde los hechos. Todo esfuerzo a favor de la paz debe acompañarse de un proceso de desmilitarización y desnuclearización de las relaciones internacionales, pero también de nuestras políticas, de los presupuestos e incluso de los discursos. Es imprescindible reducir los gastos militares -le recordamos que España es ahora el quinto país exportador de armas del mundo-. Es crucial promover políticas de desarme y resolución de conflictos. ¿Se imagina todo lo que podría hacerse con esos recursos? Esos fondos deberían destinarse a promover el desarrollo social y económico, la transición ecológica, la cooperación y la cultura de paz.

En tercer lugar, permítanos poner el foco en lo que podemos aportar desde la sociedad civil; nuestra experiencia nos dice que puede hacerse mucho más para avanzar en el camino de la paz, la democracia y los derechos humanos. Recientemente, tuvimos la ocasión de compartir reflexiones con las organizaciones galardonadas con el premio Nobel de la Paz 2022; colectivos sociales que trabajan desde Rusia, Ucrania y Bielorrusia. Personas que, a pesar de sufrir directamente las consecuencias de la guerra, o precisamente por ello, defienden el diálogo y la paz. Apoyamos sus propuestas y se las hacemos llegar. Es necesario:

  • Garantizar apoyo político, técnico y financiero para hacer frente a la impunidad de quienes cometen crímenes de guerra y contra la humanidad. Queremos que se apoye la creación de un tribunal especial contra la agresión rusa.
  • Contribuir al programa de apoyo a personas defensoras de derechos humanos de Ucrania, Rusia y Bielorrusia. Esto implica facilitar los procesos de tramitación de visados, los sistemas de evacuación y acogida, y la organización de visitas de intercambio de experiencias. Estas medidas reducirían el impacto traumático de la guerra y otros tipos de violencias.
  • Ofrecer apoyo institucional a las iniciativas por la liberación de prisioneros políticos de la región. Esta medida incluye el apoyo a sus familias, mediante campañas de acompañamiento y otras estrategias de presión y soporte político.
  • Apoyar de forma activa a los actores que promueven iniciativas de resistencia noviolenta en las zonas ocupadas.
  • Incrementar el apoyo a las comunidades refugiadas, a las exiliadas y exiliados políticos para facilitar la obtención del asilo, mejorar su acogida e integración sociolaboral. Esta medida debe extenderse a todas las personas afectadas por conflictos armados y otras violencias.

Señor presidente, en coherencia con su defensa de la paz y la seguridad internacional, debe dar un paso al frente y apostar claramente por el fin del conflicto. La militarización de las relaciones internacionales no evita las guerras, sino que las promueve. La construcción y consolidación de la paz requiere diálogo, es un proceso complejo y de profundas transformaciones. Su posición en la presidencia de la Comisión Europea le otorga un lugar privilegiado para activar mecanismos a favor de la paz. Por nuestra parte, estamos a su disposición para contribuir a una salida que ponga fin a la guerra y a esta espiral de sufrimiento.

4 Comments

M. ROSARIO RUBIO

Gracias por vuestra clara información. es necesario que haya esta información alternativa

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Juan Manuel Molino Laguna

Comparto sus propuestas y me uno a pedir coherencia a los políticos y se encaren abiertamente contra la violencia que generan las guerras como negocio.
Cordialmente.

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ASOCIACIÓN ANDALUZA POR LA SOLIDARIDAD Y LA PAZ (ASPA_SEVILLA)

La Paz no llega sola. La paz se forja con políticas de respeto, de igualdad y de no agresión. La Paz no se forja con las armas ni con los ejércitos, ni con bases militares ni con expansiones militares ni con el establecimiento de fronteras, vallas, muros, concertinas, etc.; se forja mediante tratados internacionales con contenidos justos que no favorezcan el expansionismo depredador de ningún país ni territorio.

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Juán Antonio Perez Arce .

Enhorabuena por vuestra propuesta, a la que me sumo sin contemplaciones, porque la paz es posible,.

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