La crisis humanitaria en Burkina Faso: malnutrición y centros de salud cerrados
Aunque a simple vista no las veamos, el número de personas desplazadas internas, es decir las que se han visto obligadas a abandonar sus hogares y buscar refugio dentro de su país, alcanza ya los casi dos millones de personas en Burkina Faso y más de 3,5 millones de personas padecerán inseguridad alimentaria severa, debido principalmente a la situación de inseguridad en el país. ¿Se nos escapan a la vista casi dos millones de personas huyendo de sus hogares? ¿No vemos 3,53 millones de personas que no pueden asegurar sus alimentos? ¿Casi 600 000 personas al borde de la hambruna, no las vemos? La crisis humanitaria en Burkina Faso no es todo lo visible que quisiéramos, por ello la ONG Médicos del Mundo propone con una exposición creativa mirar esta realidad desde otro prisma, situarnos en un lugar que nos permita ver, conocer e involucrarnos en una de las crisis humanitarias más flagrantes de la actualidad.
El arte es un arma poderosa para sacudirnos y hacernos pensar. La ONG Médicos del Mundo, que trabaja en Burkina Faso desde 2002, ha creado una exposición creativa en la que juega con la invisibilidad y visibilidad de una crisis humanitaria como la este país, con el único fin de que prestemos atención a la actual situación que vive el país.
Con la exposición, que puede visitarse en la Biblioteca María Zambrano de la Universidad Complutense durante el próximo mes, el espectador se sitúa frente a tres tótems que a simple vista son superposiciones que se mezclan, siendo un concepto visual al que hay que acercarse, mirar y remirar para descubrir las diferentes fotografías y por tanto situaciones de la crisis humanitaria del país. El concepto trata de mostrar que a simple vista hay situaciones invisibilizadas, pero que solo hay que indagar un poco para poder ver y ser conscientes de las diferentes caras de una realidad.
Dejar un hogar hasta tres veces
La crisis de desplazamiento en Burkina Faso es una de las tres de más rápido crecimiento del mundo. La población de París es de 2,2 millones de habitantes, aproximadamente, y la de Barcelona 1,6 millones. Este desplazamiento significaría ver una ciudad como Barcelona completamente desierta. A veces, las familias han tenido que dejar sus hogares, una, dos y hasta tres veces debido a la violencia que vive la región. Cada vez más personas se ven obligadas a huir, no de sus ciudades de origen, sino de los lugares en los que ya se habían refugiado anteriormente.
La respuesta de las comunidades de acogida ha sido muy solidaria, acogiendo a decenas de miles de personas desplazadas, abriendo sus casas y compartiendo sus alimentos durante meses, a veces años. Sin embargo, muchas poblaciones de acogida también se ven afectadas por la pobreza extrema y la presión sobre los ya escasos recursos. Por ello, ciudades que apenas contaban con medios, por ejemplo en atención sanitaria, han visto duplicadas, incluso triplicadas sus poblaciones con la consecuente escasez de recursos.
El acceso a necesidades básicas como el agua, alimento, o un centro de salud, se vuelve casi inalcanzable para muchas personas en este contexto, azotado por continuos enfrentamientos y violencia de grupos armados, que vive no solo Burkina Faso sino gran parte de la región africana del Sahel desde 2012.
Los centros de salud están cerrados
Cuando se sienten enfermas en un entorno así, ¿qué capacidad tienen las personas de poder ir a su centro de salud? ¿Qué acceso a la salud tienen realmente? La violencia y el contexto de crisis humanitaria en general ha llevado al cierre o el desmantelamiento de muchos centros de salud y hospitales. Más de 200 centros de salud han tenido que cerrar, lo que ha dejado sin acceso a atención sanitaria y nutricional a más de 2 millones de burkineses y burkinesas. Según datos del Ministerio de Sanidad, el 44% de los centros sanitarios (632 infraestructuras) en ocho regiones del país se ven afectados por la inseguridad: 202 de ellos están completamente cerrados y 430 con un funcionamiento intermitente o disfuncional. Esta situación hace que ahora los centros de salud estén más lejos de la población y que haya más distancia entre ellos.
Se estima que 1,3 millones de personas sufren falta de acceso a los servicios de salud en las regiones donde Médicos del Mundo trabaja, en un contexto marcado por epidemias como la meningitis, el cólera, el sarampión y la COVID-19, entre otras. Además, el personal de salud cualificado huye y migra hacia los centros urbanos o la capital, lo que marca una alta rotación y ausencia de profesionales en los centros de salud rurales.
El aislamiento de la comunidad, la falta de abastecimiento de medicamentos, combustible y el éxodo de trabajadores de la salud que mencionábamos, no permiten que las estructuras de salud funcionen de manera óptima. Tanto así que, en el último año de trabajo, Médicos del Mundo ha detectado una disminución drástica de la afluencia mensual de pacientes en todos los distritos sanitarios, debido a la inseguridad que limita considerablemente el movimiento y el acceso a los servicios de salud.
Médicos del Mundo, que trabaja en el país desde hace 20 años, contribuimos a la respuesta humanitaria en las regiones burkinesas de Sahel y Centro-Norte con el apoyo financiero de la Agencia Europea de Ayuda Humanitaria (ECHO) con un enfoque multisectorial en el que trabajamos la nutrición, la atención primaria y secundaria, así como apoyo al funcionamiento de centros sanitarios y hospitales, salud maternoinfantil, salud mental y apoyo psicosocial, además de tratamiento médico y psicológico en respuesta a la violencia de género. Todo ello lo hacemos en apoyo al sistema público de salud y en colaboración con organizaciones comunitarias.
Más información sobre el contexto del país y esta exposición en la página web de Médicos del Mundo.
Visita a la exposición de acceso libre en la Universidad Complutense. Horario: L-V de 10:00-14:00, 16:00-20:00