El compromiso de nuestras organizaciones con la mejora constante ha sido siempre un pilar esencial del trabajo. Desde hace diez años, este compromiso se fortalece de manera específica gracias a la Herramienta de Transparencia y Buen Gobierno; una herramienta de autorregulación que se suma a los procesos internos y externos a los que se someten las organizaciones.

El último informe, con datos de 2021, muestra que más del 94% de nuestras ONGD mantienen vigente el Sello de Transparencia y Buen Gobierno. Esto supone que todas ellas (74) cuentan con él, salvo tres que se incorporaron recientemente y otra que se dio de baja en la Asamblea de 2022.

La Herramienta se apoya en dos conceptos clave: transparencia y buen gobierno. Cada uno de ellos, cuenta con varios bloques (cuatro de transparencia y seis de buen gobierno). Estos bloques tienen una serie de indicadores (en total, 79) que las organizaciones deben cumplir para obtener el Sello de Transparencia y Buen Gobierno de La Coordinadora. Estos indicadores van desde explicar con claridad los objetivos de la organización, hasta presentar con detalle las cuentas, tener códigos de conducta propios u ofrecer canales de comunicación con la ciudadanía, entre otros. A lo largo de estos diez años, nuestras socias han respondido ampliamente a todos ellos; lo que ha supuesto que el grado de cumplimiento haya superado siempre el 90%.

Cuestiones a mejorar

Si observamos el resultado de las organizaciones en cada bloque, los datos reflejan un alto grado de cumplimiento con los estándares que marca la Herramienta, tanto en relación con la transparencia como con el buen gobierno.

  • Presencia de mujeres en órganos de gobierno y política de género. En los diez años de aplicación de la Herramienta, esta cuestión ha evolucionado, pero aún existen algunas resistencias. La Herramienta establece que la presencia de mujeres en los órganos de gobierno debe ser igual o superior al 40%; de las organizaciones evaluadas este año, seis no cumplen aún este porcentaje. Conscientes de tales retos, en los últimos años, hemos aprobado documentos internos que nos obligan tomar medidas claras en este sentido. Estos son el Marco Estratégico 2019-2022 y la Política de Género.
  • Código de Conducta. En coherencia con nuestro compromiso con la mejora constante, introdujimos un nuevo indicador que establece que las organizaciones, además de adscribirse al Código de Conducta de La Coordinadora (de obligado cumplimiento), deben contar con uno propio que refleje sus particularidades. El avance conseguido en este indicador es muy destacable, aunque aún hay seis organizaciones (de las 35 evaluadas este año) que no lo cumplen.
  • Formación continua de los equipos. Uno de los indicadores de la Herramienta hace referencia a la formación y el desarrollo continuo que las organizaciones deben ofrecer a sus equipos. De las 35 organizaciones evaluadas, 29 cumplen este indicador; es un número elevado, pero aún puede mejorar.
  • Planificación estratégica. Existe un menor grado de cumplimiento del indicador relativo a la planificación estratégica (lo cumplen 29 de las 35 organizaciones evaluadas). Esta debe concretarse con planes operativos que deben ser aprobados por los órganos de gobierno. Además, las organizaciones deben estimar los ingresos con los que contarán para definir de forma clara sus metas y objetivos.

La mejora continua como reto permanente

La mejora constante hace que sigamos revisando la Herramienta. Estamos estudiando en profundidad temas como la prevención del blanqueo de capitales, cómo prevenir y abordar conflictos de interés, cómo evaluar los riesgos a los que nos enfrentamos en nuestro día a día o cómo medir y mejorar el clima laboral de nuestras plantillas.

Nuestro objetivo es llegar a 2023 con una nueva versión más completa y actual que nos acompañe en ese camino de autorregulación que iniciamos hace ya diez años. La nueva versión no será de aplicación inmediata; consideramos que es muy importante que las organizaciones la conozcamos bien, nos apropiemos de ella, contemos con herramientas de apoyo, con espacios de diálogo para compartir dudas y aprendizajes. Todo un trayecto colectivo que nos ayudará a aplicar esta nueva versión no más allá de 2025.

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