La cultura de paz frente a las violencias, la solidaridad, la sororidad y la construcción colectiva desde los feminismos son principios centrales para nosotras. Consideramos que las violencias son propias del sistema patriarcal, androcéntrico, capitalista, colonial y racista en el que vivimos. Por ello:

  • Alertamos sobre la necesidad de tener en cuenta la combinación de todas las discriminaciones que sufren las mujeres desde un enfoque interseccional. Es necesario cuestionar todas las desigualdades sistémicas; las relaciones de poder injustas; las leyes, políticas y programas discriminatorios en todos los ámbitos.
  • Apostamos por erradicar todas las formas de violencia de género y las prácticas nocivas que atengan contra la dignidad de las mujeres. En particular, señalamos como violencias extremas hacia mujeres, niñas y personas vulnerabilizadas, el feminicidio, la violencia vicaria, el tráfico de personas, la violencia sexual, la trata con fines de explotación sexual, la mutilación genital femenina y el matrimonio infantil, temprano y forzoso.
  • Exigimos el fortalecimiento de los sistemas de protección a las mujeres y niñas desplazadas por la conflictos y crisis sociales o ecológicas. Para ello, deben ponerse medios que promuevan el fin de las guerras y que reviertan las diversas causas que las producen. Además, es necesario asegurar la participación de las mujeres en todos los procesos de paz y acción humanitaria: prevención y resolución de conflictos, seguridad y reconstrucción.
  • Demandamos compromisos políticos y financieros que garanticen los derechos sexuales y reproductivo en todo el mundo, en un marco de justicia social, con el fin de contrarrestar a los movimientos conservadores y reaccionarios que quieres imponer un “orden natural” basada en el patriarcado y las desigualdades de género.

Túnez. El logro de una ley histórica contra la violencia de género.

Desde 2017, Túnez cuenta con una ley histórica contra la violencia de género que castiga “todas las violencias contra las mujeres”. Tras 20 años de lucha, las mujeres de Túnez, junto con organizaciones feministas tunecinas, la sociedad civil y el comité de mujeres del sindicato UGTT, lograron la aprobación unánime de una ley pionera en el mundo árabe, que persigue la eliminación de la violencia basada en la discriminación de género, las faltas de respeto a la dignidad humana y a la igualdad entre hombres y mujeres. A pesar de esta ley, el movimiento feminista denuncia los altos niveles de feminicidios.

Paraguay. Por nuestros derechos, contra todas las violencias.  Asociaciones de mujeres como Kuña Róga y Grupo Luna Nueva ponen en valor las últimas modificaciones de la ley contra la violencia de género por las que se extiende la protección a las personas dentro del ámbito familiar y se incorporan las relaciones pasados o presentes, sin que sea requisito la convivencia. Por otra parte, exigen la aplicación urgente del Programa nacional de prevención, combate y atención a las víctimas de trata de personas con el fin de garantizar una atención integral a las víctimas.

Guatemala se moviliza en torno al lema  NO NOS CALLARÁN. 

Ecuador. Las colectivas feministas están impulsando el uso de mariposas con la etiqueta #NosCrecieronAlas. Con ese HT se realizará un plantón para interpelar al Gobierno sobre su falta de cumplimiento de los compromisos adquiridos en cuanto a la creación del Ministerio de la Mujer, el fortalecimiento del Registro Único de Violencia en la Secretaría de Derechos Humanos, la declaración de esencialidad de los servicios de atención a la violencia en contra de la mujer y la calificación como política pública del Plan Nacional de Erradicación de la Violencia.

Perú. La Asamblea 25N de Lima utilizará el lema: “Perú machista: nos violan, nos matan y desaparecen. #EstadoCómplice”.

Colombia. La Federación Colombiana de Educadoras (FECODE) mayor sindicato del país, en colaboración con la OIT, lanzan la campaña trabajar sin violencia ni acoso.  La propuesta persigue la ratificación del Convenio 190.  El Convenio sobre la eliminación de la violencia y el acoso en el mundo del trabajo reconoce el derecho a disfrutar de un ambiente de trabajo sano, libre de acciones hostiles susceptibles de causar un daño físico, psicológico, sexual o económico en la víctima, y da cobijo a las personas que, en razón de su orientación sexual o su género, sufren violencia en el trabajo o acoso sexual; persigue erradicar las conductas que degradan la dignidad humana, el desarrollo, el bienestar y la igualdad de las personas trabajadoras en el desarrollo de sus actividades.

España. Seguimos clamando por una educación sexual integral y centrada en los buenos tratos; el fomento de otras masculinidades; la formación especializada en género orientada a profesionales de la abogacía, fiscalía, sistema judicial en su conjunto y cuerpos de seguridad; y la sensibilización desde una mirada feminista, decolonial y antirracista. Porque, “Frente a la cultura de la violencia, los feminismos son la respuesta”.

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