El informe AidWatch, de la red de ONGD europea CONCORD Europe, analiza la cantidad y la calidad de la Ayuda Oficial al Desarrollo (AOD) de la UE y sus Estados miembro. Los datos analizados corresponden a 2021 y muestran una caída con respecto al año anterior: la media se sitúa en un 0,48%, frente al 0,50% de 2020. Solo cuatro países cumplen el 0,7%: Luxemburgo, Suecia, Dinamarca y Alemania.

El informe denuncia que, de manera general, uno de cada seis euros de los países europeos donantes se destina a ayuda “inflada” que es la que no contribuye directamente a los objetivos de la AOD. Y esto es especialmente grave en un contexto mundial con graves y múltiples crisis que impactan directamente en la vida de millones de personas.

España apenas alcanza el 0,25%, pero cuando se pone el foco en la ayuda genuina, que es aquella que realmente contribuye a la reducción de la pobreza, las desigualdades y el desarrollo sostenible en los países socios, el porcentaje baja al 19%.

En 2021 la AOD española creció un 12,5 % en términos reales y alcanzó los 2.600 millones de euros (0,25% de la Renta Nacional Bruta). Aunque se trata de una buena noticia, casi la mitad de este aumento corresponde a la donación de dosis de vacunas sobrantes, una práctica que no debería ser computada como AOD puesto que afecta negativamente a la calidad de la ayuda.

Recomendaciones para España

El documento aporta algunas recomendaciones específicas a España que, en un momento determinante de para la cooperación, en plena negociación de los presupuestos para 2023 y de la nueva ley de cooperación.

  • Garantizar el enfoque feminista y ecologista en la nueva ley de cooperación. Debe incluir también la promoción del espacio cívico y democrático, la cultura de paz y el fomento de una ciudadanía comprometida con sus entornos más cercanos y lejanos.
  • Garantizar un diálogo cercano con todas las partes implicadas para concretar el desarrollo reglamentario de la nueva ley.
  • Incluir objetivos intermedios en la ley para garantizar el cumplimiento del objetivo del 0,7 %, priorizando instrumentos eficaces con el desarrollo sostenible y el refuerzo de las capacidades de la AECID.
  • Asegurar que la lucha contra la pobreza y las desigualdades y la defensa de los derechos humanos sean el enfoque principal de la cooperación financiera, que se tengan en cuenta los principios de eficacia del desarrollo y que las organizaciones de la sociedad civil desempeñen un papel específico durante todo el ciclo de la AOD.
  • Poner en marcha un plan de acción para la implementación del Memorando de Entendimiento entre el Gobierno y las ONGD, que incluya el aumento del apoyo a las organizaciones en los países socios y la reducción de la excesiva burocracia.
  • Avanzar en el mecanismo de coherencia de políticas para el desarrollo sostenible (CPDS) dentro del marco de la Agenda 2030. La nueva ley de cooperación debe proporcionar un foro eficaz que permita hacer un seguimiento de todo ello

 

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