De municipio a municipio, así funciona la Red de ciudades defensoras de los derechos humanos. Nacida en 2013, con el impulso del Ayuntamiento de Sant Boi de Llobregat, apoya a defensoras y defensoras de derechos humanos de todo el mundo. Realiza también un importante trabajo para explicar en qué significa defender los derechos humanos en otras ciudades de otros continentes, cuáles son las causas de conflictos que afectan a millones de personas en todo el mundo y qué tienen que ver con lo que ocurre en nuestros barrios.

Conversamos con Constança Schinteie, técnica referente del proyecto de la Comisión Catalana de Ayuda al Refugiado, entidad que gestiona el proyecto.

¿De dónde nace la red de ciudades defensoras? ¿Cuál es su origen?

Hace ya casi 10 años, el Ayuntamiento de Sant Boi de Llobregat creó una red con once municipios y tres entidades catalanas. Se trataba de sumar esfuerzos. Con el paso del tiempo fue creciendo. En 2016, comenzó a liderarlo el Fondo Catalán de Cooperación al Desarrollo y se sumaron once localidades más. Actualmente, cuenta con 28 municipios, seis entidades y tres instituciones catalanas. Este compromiso demuestra la necesidad de trabajar en red desde los ámbitos locales en la defensa de los derechos humanos y la justicia global.

El compromiso de los municipios catalanes con la defensa de los derechos humanos tiene una larga trayectoria que va desde la incidencia política, la sensibilización y la educación para la transformación social, hasta la financiación de proyectos de cooperación para el desarrollo o la colaboración en programas de acogida de personas defensoras de derechos humanos en riesgo.

¿Explícanos en qué consiste? ¿Qué puede hacer un pueblo, un ayuntamiento, las personas que viven en esa localidad por eso que llamamos “justicia global”?

Cada año invitamos a personas defensoras de los derechos humanos de diferentes lugares del mundo que participan en distintas actividades en los municipios. Se realizan actividades dirigidas sobre todo a público joven: charlas, talleres y conferencias. También tenemos reuniones con instituciones públicas, organizaciones sociales; o encuentros con medios de comunicación.

Algunos datos del proyecto

Desde 2013, han participado más de 65 personas defensoras de derechos humanos de 33 países. Muchas de estas personas estaban amenazadas y perseguidas por trabajar por la defensa de los derechos de las mujeres, del colectivo LGTBIQ+, de población migrante y refugiada o minorías étnicas y nacionales.

Los municipios tienen un papel fundamental en la defensa de los derechos humanos tanto en el contexto local como en el global. Tal como recoge la Resolución 60/161 de Naciones Unidas, tienen, además, la responsabilidad de proteger a los y las defensoras de derechos humanos. Por otra parte, deben garantizar políticas cuyo objetivo sea la construcción de sociedades justas, sostenibles e igualitarias. Además, la promoción de actividades de sensibilización es fundamental para explicar que lo que ocurre en un lugar del mundo tiene mucho que ver con lo que ocurre en nuestras ciudades y pueblos. Este tipo de actividades promueven la cultura de paz y el activismo ciudadano por la defensa de la justicia global.

El incremento de las agresiones a defensores y defensoras de derechos humanos es enorme, en qué medida este tipo de propuestas contribuyen a un cambio real en la situación en la que viven las personas que defienden derechos y territorios.

Las personas defensas de derechos humanos se enfrentan a grandes peligros y amenazas a la hora de llevar a cabo su trabajo. Son víctimas de ejecuciones, torturas, detenciones, prisiones arbitrarias, amenazas de muerte, hostigamiento y calumnia. En muchos casos, también se les limita sus libertades de circulación, expresión, asociación y reunión y son objeto de acusaciones, procesos y condenas falsas para silenciar su voz. La violencia extrema no cesa, sino que año tras año está en aumento. Según el informe anual de Front Line Defenders, solo en el año 2020 fueron asesinadas, al menos, 331 personas por defender los derechos humanos. El 69% eran personas que defendían la tierra y pertenecientes a pueblos originarios. Proyectos como el nuestro visibilizan y acompañan su trabajo; fortalecen redes de apoyo, denuncian y visibilizan sus exigencias; aumentamos su voz y fortalecemos las estrategias de protección.

Encuentro con defensores/as de Brasil

 

Las medidas que se han tomado contra la pandemia han supuesto en muchos lugares del mundo una restricción de derechos. ¿En qué medida sufren esta restricción de derechos las personas que los defienden?

Los riesgos, las amenazas y ataques contra los defensores y las defensoras de derechos humanos ha aumentado durante la pandemia, y no ha cesado su criminalización y represión, tal y como indica Amnistía Internacional en el informe “Atreverse a defender los derechos humanos durante la pandemia”. En algunos países, incluso se ha aprovechado la situación de pandemia para criminalizar a activistas críticas con la gestión de los gobiernos. Amnistía ha identificado a 131 personas de todo el mundo que han sido víctimas de hostigamiento, enjuiciamiento, homicidio o encarcelamiento bajo pretextos relacionados con la Covid-19.

Algunos gobiernos han utilizado la pandemia para reprimir a la población, incrementar los ataques contra personas defensoras y reducir aún más el espacio de la sociedad civil. Los y las defensoras de derechos humanos han visto aumentadas las dificultades para desarrollar su trabajo (restricciones de movimiento, falta de acceso a nuevas tecnologías…) y también su riesgo; por ejemplo, la situación de confinamiento, ha imposibilitado que puedan cambiar de ubicación, medida de seguridad que utilizan para proteger su vida.

 

Constança Schinteie destaca el papel que han tenido los defensores y defensoras de derechos humanos durante la pandemia puesto que han sido clave para informar a la ciudadanía sobre lo que estaba pasando; es decir, han denunciado las vulneraciones de derechos humanos de manera constante. Además, han desarrollado estrategias comunitarias de protección y autoprotección contra la Covid-19 y han creado redes de apoyo para paliar las dificultades económicas, sociales y sanitarias de las personas y comunidades con mayor riesgo y vulnerabilidad. Su contribución ha sido muy importante.

Tras años de tejer puentes y estrategias solidarias, qué aprendizajes y luces guían vuestro camino?

Las personas con las que hemos trabajado nos han demostrado que, a pesar de los riesgos, amenazas y vulneración de derechos que sufren, la defensa de los derechos alimenta los sueños y la convicción de que son posibles sociedades más justas. Con sus historias de vida nos demuestran que es importante organizarse colectivamente para garantizar los derechos humanos. Tejer puentes de solidaridad es vital. Por eso, continuamos aumentando nuestro compromiso con quienes defienden los derechos humanos, las libertades fundamentes y la vida digna para todas y todos.

 

2 Comments

Marisol Pajuelo Loreto

Vaig ser defensora de drets humans al meu país vivint exiliada a Catalunya des de l’any 2017. He treballat de molt creant xarxes de colectius pels drets humans. M’agradaria contactar amb la «red de ciudades defensoras de DDHH de Catalunya». Moltes gràcies.

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