El rumbo y alcance que adopte la política de cooperación internacional en los próximos años es una cuestión de Estado fundamental, especialmente para definir el papel de España en el mundo en favor de la justicia global y cumplir con la Agenda 2030.
Vivimos un momento global trascendental que necesita de países comprometidos y responsables. Recordemos las recientes palabras del secretario general de Naciones Unidas: “estamos al borde de un abismo y avanzamos en la dirección equivocada” en alusión a la crisis global y sus diversas manifestaciones en la salud global, la crisis humanitarias, las desigualdades, la emergencia ambiental, las violencias contra las mujeres y la reducción del espacio democrático y la exasperante procrastinación de los países en poner en marcha los compromisos adoptados.
Como parte de la consulta, el Gobierno ha considerado la propuesta de un nuevo sistema de cooperación internacional y la contribución del Consejo de Cooperación -acordada por todos los actores sociales-, ambas de principio de año. La Coordinadora está comprometida con una reforma ambiciosa e integral del sistema de cooperación y para ello ha contribuido a la consulta con una serie de recomendaciones para la futura ley:
Tener un diagnóstico claro del sistema actual. Nuestro esfuerzo de ayuda se ha situado por debajo del 0,25% de la renta, la mitad de la media europea y del 0,7%. La ley debe impulsar una reforma que supere los males acumulados, potencie las virtudes y permita adaptarnos a los desafíos globales.
Promover cambios de calado y evitar una ley excesivamente generalista. Debe establecer los pilares de un modelo de cooperación internacional para las próximas décadas y acompañarse de propuestas de promoción institucional y de recursos en una hoja de ruta clara y con espacios de participación.
Responder a los retos globales desde un nuevo paradigma de desarrollo sostenible y de coherencia de políticas en el que nadie se quede atrás.
Formular objetivos con perspectiva de largo plazo a partir de la Agenda 2030, pero mirando más allá y desde un enfoque feminista, ecologista y de derechos humanos, que sitúen en el centro a las personas y, especialmente, los derechos de los grupos en situación de mayor vulnerabilidad.
Incorporar un enfoque feminista transformador que aborde integralmente las causas sistémicas y estructurales de las desigualdades de género y que asuma las realidades diversas del Sur Global desde una mirada postcolonial.
Proponer un modelo de gobernanza que resuelva la fragmentación e insuficiencia política actual y promueva un centro político con capacidad estratégica, operativa, de coordinación y de gestión de la coherencia de políticas.
Potenciar una nueva Agencia Española Cooperación Internacional para el Desarrollo Sostenible bajo un estatuto jurídico propio que le dé estabilidad y centralidad y dotarla de recursos humanos y presupuestarios acordes.
Reformular una cooperación financiera que esté integrada en sus objetivos, estándares y modus operandi del sistema de cooperación, especialmente en los requisitos de eficacia de la ayuda, de debida diligencia de derechos humanos y medio ambiente, y de transparencia.
Desarrollar todo el potencial de contribución de las organizaciones de la sociedad civil como actor especializado que recoge la expresión de la solidaridad ciudadana y que está llamado a jugar un rol más completo en el nuevo sistema, tal y como ha solicitado recientemente el CAD de la OCDE.
Comprometer los recursos para que sea creíble y viable, específicamente con el 0,7% en 2030.
Apostar por las personas, la profesionalización y captación de talento, mejorar las condiciones de las y los trabajadores, el estatuto del cooperante, el rol del voluntariado y la participación de una ciudadanía solidaria y comprometida.
La pandemia ha demostrado que nuestra resiliencia como sociedad está también asociada a poder gestionar con eficacia los retos globales. Es mucho lo que está en juego en las próximas décadas. Principalmente los millones de personas que se beneficiarán de nuestra cooperación y de seguir siendo un país con una ciudadanía comprometida y solidaria. Por todo ello, hacemos un llamado al compromiso con la cooperación: #EsHoradeCooperar