La llegada de los talibanes a Kabul ha empeorado sustancialmente la ya maltrecha situación de la población afgana. En un solo día, el precio de los alimentos básicos, como el pan o el arroz, se han disparado. Esta subida agrava aún más un contexto en el que el 30% de la población sufre una grave crisis de inseguridad alimentaria.

Preocupa especialmente la situación de las mujeres: más de la mitad han sufrido violencia machista en el seno de su familia, el 80% es analfabeta y un 75% de niñas sufre matrimonios forzosos. La llegada de los talibanes agravará esta situación y pondrá en peligro a las mujeres que defienden los derechos humanos. Como denuncia la periodista y defensora de derechos humanos Humira Saqib, “Los talibanes han empezado a ir casa por casa buscando a mujeres activistas”. Como en cualquier situación de conflicto quienes más sufren sus consecuencias son las personas civiles que previamente ya estaban sometidas a situaciones extremas.

Llamado de la ONU

El secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, ha advertido a la comunidad internacional: “Los próximos días serán cruciales” (…) “No podemos ni debemos abandonar al pueblo de Afganistán”.

Todo apunta a que se produzca un enorme éxodo humano en las próximas semanas. Guterres ha recordado a los Estados la obligación de acoger a las personas refugiadas y detener todas las deportaciones. Las personas que huyen de tal contexto de violencia buscan el apoyo de una comunidad internacional que hace tiempo les prometió la mejora en sus condiciones de vida y sus derechos, sin que esa mejora se haya producido realmente.

“Dado que aproximadamente la mitad de los afganos, unos 18 millones de personas, dependen de la ayuda humanitaria, es esencial que se sigan prestando los servicios básicos”, ha recordado el secretario general de la ONU. La garantía del derecho humanitario es imprescindible.

Responsabilidad de España

España debe responder con responsabilidad ante una crisis humanitaria de tales dimensiones. En primer lugar, debe garantizar el refugio a quienes huyen de un contexto de enorme violencia, especialmente a mujeres y niñas. En segundo lugar, debe detener de manera inmediata las deportaciones de personas afganas. Además, debe contribuir a que Europa y la comunidad internacional tomen las medidas necesarias para garantizar los derechos humanos y la promoción procesos de diálogo y construcción de paz que contribuyan a la solución pacífica de un conflicto tan complejo. Los fondos destinados a la asistencia humanitaria deben aumentarse; actualmente solo representan el 3,8% del total de la Ayuda Oficial al Desarrollo, muy lejos del compromiso del 10%.

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