Corría el año 1991 cuando se creó WCLAC, un centro de mujeres con dos objetivos principales: abordar la discriminación y la violencia contras las mujeres en la sociedad palestina y apoyar la libertad y la independencia de la ocupación israelí. Para WCLAC “estos dos temas están directamente relacionados puesto que la larga ocupación de tierras palestinas limita la seguridad, la independencia y la autodeterminación de las mujeres. Por otra parte, la resistencia nacional contra la ocupación puede limitar el desarrollo de las mujeres porque considera que sus necesidades tienen una importancia secundaria”.
La pandemia está empeorando las violencias que sufren las mujeres en todo el mundo; en el caso de Palestina a la violencia intrafamiliar se suma la ejercida por el Estado de Israel. Maram Zatara, responsable de incidencia política en el Centro de mujeres para apoyo y consejo legal (WCLAC por sus siglas en inglés), hace un recorrido por la situación que están viviendo y las respuestas que ofrecen las organizaciones feministas ante una situación de enorme complejidad.
P. La población palestina está sufriendo graves consecuencias debido a la pandemia. Más allá de los problemas generales, nos gustaría ahondar en aquellas que sufren específicamente las mujeres.
R. La pandemia está teniendo consecuencias negativas para las mujeres palestinas desde el punto de vista social, económico, de salud… Además, está debilitando su participación en el mercado de trabajo y en el sector político. El largo confinamiento, la restricción de la movilidad, la pérdida de la única fuente de ingresos para cientos de familias y la incerteza sobre el futuro ha situado a la mayoría de las mujeres palestinas en riesgo de aislamiento y violencia intrafamiliar. A ello se une el acceso limitado a la salud, la imposibilidad de acceder a apoyo psicosocial, a los servicios de protección social y familiar o a la justicia puesto que los juzgados están cerrados a consecuencia del confinamiento. Además, el cierre de muchos negocios y pequeñas y medianas empresas ha tenido un impacto directo en mujeres y jóvenes lo que ha hecho que se incremente su índice de desempleo, la pobreza, la inseguridad alimentaria. A todo ello se une la violación por parte de Israel de la legislación internacional humanitaria. La mayoría de los casos denunciados en los últimos siete meses se refieren a mujeres jóvenes de unos 20 años que han sufrido violencia intrafamiliar, incluida la violencia psicológica.
A las violencias generadas por la pandemia, se une la violación por parte de Israel de la legislación internacional humanitaria.
P. Su organización ofrece apoyo legal a mujeres palestinas que sufren violencia machista. Según diversos estudios, las mujeres palestinas sufren dos tipos principales de violencias: la ejercida por el Estado israelí y la que viven dentro de sus propias casas. Hablemos de la segunda. Debido a la pandemia, muchos hombres no pueden trabajar por lo que pasan más tiempo en casa. ¿Esto ha supuesto mayores niveles de violencia para las mujeres?
R. La violencia intrafamiliar y todas las formas de violencia de género han aumentado en Palestina. Según estudios recientes, la violencia dentro de los hogares ha aumentado un 19,5% durante el confinamiento. Gran parte de las mujeres palestinas están sufriendo estrés porque todos los miembros de la familia están en casa todo el día o porque tienen que trabajar desde casa. Su carga de trabajo doméstico ha aumentado; además, enfrentan la presión de tener que ayudar a los niños y niñas a hacer las tareas escolares –eso en el caso en el que internet sea accesible–. Y a todo ello se une la mala situación económica. Como una respuesta de emergencia durante la pandemia y el confinamiento, WCLAC puso en marcha una estrategia para garantizar respuestas urgentes e intervenciones rápidas destinadas a las mujeres de los grupos más vulnerables. De este modo, pusimos a disposición una línea telefónica con atención las 24 horas para ofrecer apoyo social y legal, asesoramiento y protección a mujeres que habían quedado fuera de línea telefónica de ayuda contra la violencia de género. Además de campañas de sensibilización sobre violencia de género a través de distintos medios de comunicación (redes sociales, televisiones y radios) y las repuestas de socorro urgente, también se brindó apoyo legal y psicosocial a mujeres víctimas de violencia.
La ocupación israelí aprovechó las restricciones de movilidad para detener a más personas, particularmente, activistas.
P. Recientemente varias ONG españolas han denunciado la detención de Khitam AlSaafin y Mohannad Al Azza, defensora y defensor de derechos humanos. ¿Está el Estado israelí aprovechando la situación de pandemia para ejercer mayor violencia sobre las mujeres?
R. La ocupación israelí no redujo sus habituales acciones militares, incluyendo la detención de personas palestinas, durante la primera ola de la pandemia ni tampoco en la segunda. A pesar de que la gente ha atravesado momentos más difíciles con una crisis económica y social compleja, la ocupación israelí aprovechó las restricciones de movilidad para detener a más personas, particularmente, activistas, con el objetivo de silenciar sus voces. Cabe destacar que muchas de esas detenciones implicaron a mujeres jóvenes que son estudiantes universitarias -como Shaza AlTaweel-. De manera general, las condiciones para la población palestina en las cárceles israelíes -especialmente mujeres y niños y niñas- están empeorando terriblemente durante la pandemia, en términos de violencia, aislamiento o higiene.
Sobre las personas que mencionas… Khitam AlSaafin, tiene 59 años, es defensora de los derechos de las mujeres, presidenta de la Unión de Comités de Mujeres Palestinas. Fue arrestada el 2 de noviembre en su casa en Ramallah mediante una detención administrativa de seis meses, que ha sido reducida a cuatro hasta su revisión. Está encarcelada en la prisión de Hasharon.
Mohannad Al Azza tiene 39 años, es defensor de derechos humanos, es miembro de la organización ddameer. Fue detenido en su casa en el Norte de Ramallah el 1 de noviembre. Está detenido en el centro de interrogatorios en Jerusalén, se la ha prohibido hablar con su abogado durante ocho días.
P. En este contexto, ¿cómo se están organizando los movimientos feministas? ¿Cómo están respondiendo a las violencias que se producen en este contexto?
R. WCLAC forma parte del Foro de ONG palestinas para combatir la violencia contra las mujeres (Al-Muntada), además de otras 14 organizaciones de mujeres en Palestina. Durante la pandemia, hemos fortalecido los mecanismos de coordinación para ofrecer asistencia urgente para las personas en situación de mayor vulnerabilidad; también hemos ofrecido apoyo financiero, alimentos y packs de higiene. Realizamos acciones colectivas tales como campañas de incidencia política y sensibilización, programas de entrevistas, espacios de debate y discusión en televisiones y radios… En esos espacios contamos con la presencia de representantes de ministerios e instituciones de gobierno que trabajan por la eliminación de todas las formas de violencia contra las mujeres. También trabajamos con representantes de redes y servicios de protección haciendo incidencia en el rol esencial de los proveedores de servicios a la hora de responder en una situación de emergencia.
P. ¿Cuáles son las demandas del movimiento feminista palestino en un entorno de pandemia?
Es crucial que el Gobierno palestino adopte la Ley de Protección Familiar y que gestione las redes de protección. Otra de las necesidades fundamentes es la de abordar la violencia contra las mujeres y la protección como prioridad en la agenda del gobierno. Además, es necesario integrar activamente a las mujeres en el mercado laboral, especialmente durante la pandemia; deben priorizarse las necesidades y demandas de las mujeres en el mercado laboral palestino. Debe fomentarse su participación activa en el ámbito político y socioeconómico y también en los puestos de toma de decisiones; esto, de hecho, tendrá un impacto positivo en toda la comunidad palestina.