El impacto de la pandemia en la educación ha afectado gravemente a la escolarización y, especialmente, a los programas de aprendizaje a lo largo de toda la vida de jóvenes y adultos. Este año, el Día Internacional de la Alfabetización, que se conmemora hoy 8 de septiembre, aborda la «Enseñanza de la alfabetización y el aprendizaje durante y después de la crisis de la COVID-19” y reflexiona sobre el papel de educadores y educadoras en el logro de un nuevo planteamiento de la enseñanza y el aprendizaje en este contexto.
Según la UNESCO, 773 millones de adultos y jóvenes no han adquirido el nivel básico de alfabetización, y más de 617 millones de niños y adolescentes no alcanzan los niveles mínimos de competencia en lectura y matemáticas. En los primeros meses de pandemia, más de 1600 millones de personas vieron interrumpida su educación, lo que supone el 91% de la población estudiantil.
Para dar respuesta a este cierre educativo, se adaptaron importantes medidas para continuar a distancia con el aprendizaje, soluciones que sin embargo no llegaron a los programas de alfabetización y educación de adultos, una situación que la UNESCO pone en evidencia para alertar sobre la situación de vulnerabilidad que implica para muchos jóvenes y adultos que no pueden leer y escribir.
Desde InteRed nos hacemos eco de la demanda de la UNESCO para que la alfabetización, incluida la de jóvenes y adultos, “se integre en los planes mundiales y nacionales de respuesta a la COVID-19 y de recuperación posterior a esta, a fin de garantizar la continuidad del aprendizaje, un mejor suministro de educación y unos sistemas y capacidades nacionales de aprendizaje permanente que sean más inclusivos”.
La continuidad y adaptación a la crisis del Covid-19 de los programas educativos que lleva a cabo InteRed ha sido una prioridad durante estos meses. Junto con las organizaciones socias de Guinea Ecuatorial, República Democrática del Congo, Perú, Guatemala, Bolivia y República Dominicana hemos implementado alternativas locales para seguir llegando a niñas y niños, jóvenes y adultos en contextos de mayor vulnerabilidad, especialmente en zonas rurales, a población indígena y de manera priorizada a mujeres.
Para el segundo semestre de 2020, y con un análisis continuo de la realidad y de reorientación programática, hemos elaborado planes de trabajo para implementarlos en condiciones de virtualidad y manteniendo el distanciamiento social, y garantizando equipos de bioseguridad para las acciones presenciales que las condiciones sanitarias y sociales lo permitan.
La alfabetización es un derecho que ayuda a reducir la pobreza, transforma la vida de las personas y su dignidad, aumenta las oportunidades económicas, fomenta la participación en la vida pública y la conciencia de la propia valía. En cambio, no saber leer y escribir es el principal indicador de exclusión y desigualdad, además de un obstáculo para la consecución de una vida plena.
La alfabetización forma parte del Objetivo de Desarrollo Sostenible 4, que propone a los gobiernos: “Garantizar una educación inclusiva, equitativa y de calidad, y promover oportunidades de aprendizaje durante toda la vida para todas las personas”. La meta consiste en lograr que de aquí a 2030 toda la juventud, y al menos una proporción alta de adultos, tanto hombres como mujeres, tengan competencias de lectura, escritura y aritmética