Millones de personas necesitan asistencia humanitaria para sobrevivir. Las cifras aumentan exponencialmente en los últimos años como consecuencia de conflictos enquistados, el cambio climático, la pobreza extrema o la persecución y amenazas que sufren quienes defienden los derechos humanos. La crisis provocada por la COVID-19 está empeorando la situación de manera preocupante: millones de personas han perdido sus fuentes de ingresos, ya precarias; las poblaciones más vulnerables enfrentan esta situación sin condiciones de salubridad mínimas o acceso a servicios sanitarios.
Mientras esto sucede, los ataques al personal humanitaria continúan aumentando. En 2019, según datos del Aid Worker Security Database, 483 personas fueron víctimas de violencia, 125 de ellas fueron asesinadas. Asistimos a una creciente reducción del espacio humanitario; la violencia, la inseguridad, las amenazas y las obstrucciones intencionadas están restringiendo notablemente la capacidad de asistencia a las poblaciones.
La responsabilidad se demuestra con decisiones políticas
La respuesta a esta situación global ha de ser global. Exigimos que la comunidad internacional garantice el cumplimiento del Derecho Internacional Humanitario; Europa debe contribuir a ello, especialmente a lo que se refiere a la atención humanitaria a quienes buscan refugio huyendo de conflictos y situaciones de pobreza.
España debe asumir la responsabilidad que le corresponde. Los presupuestos generales del Estado 2021 son una oportunidad para fortalecer una ayuda humanitaria que actualmente es seis veces menor que en 2008 y que se encuentra a la cola del CAD. Es urgente fortalecer la Oficina de Ayuda Humanitaria y los fondos destinados a las ONG –no podemos olvidar que, en muchos casos, las ONG llegan a lugares a los que ningún otro actor consigue llegar-.
Fortalecer la asistencia humanitaria en un momento actual contribuirá a mejorar la ya precaria vida de millones de personas en todo el mundo. Demostrará, además, el papel que el Gobierno quiere que España juegue en el mundo. Por nuestra parte, seguiremos trabajando mano a mano con compañeros y compañeras originarias de los países en los que estamos presentes con el fin de ofrecer asistencia humanitaria allá donde sea necesaria.