Por una Europa, social, ecológica, solidaria y plenamente democrática

Dos asuntos entrelazados están encima de la mesa, desde que se hizo la propuesta francoalemana, apoyada por el gobierno español: la negociación del marco financiero plurianual 2021-2027 – el presupuesto europeo – y el fondo de recuperación denominado Europa Nueva Generación. La propuesta francoalemana significa poner instrumentos de recuperación, reforzando las instituciones europeas, es decir, el presupuesto. Lo que está en juego es qué hacer con 1,85 billones de euros para los próximos años, es decir, el equivalente a una vez y media el PIB de España en un año. Las prioridades políticas establecidas, la manera de repartir los esfuerzos entre países e instrumentos y de transferir los recursos condicionarán el futuro de Europa y de su ciudadanía.

Como explicábamos en abril, en Europa, se es consciente de que todo se juega en cada sacudida, pero esta vez su propia supervivencia está en juego. Hay que recordar que el COVID-19 llegó cuando se devolvían refugiados “en caliente” en Grecia y una negociación del marco presupuestario sin cerrar tras el agujero dejado por la salida del Reino Unido. Nadie dijo que fuera fácil poner de acuerdo a 27 países y menos en los dineros para remendar los descosidos acumulados, al que se añade el Covid. Las posiciones se van definiendo entre una Hungría que empieza a despedirse de la democracia, los países denominados frugales y  defensores de la ortodoxia económica, encabezados por Holanda (país que no se caracteriza por contribuir a una fiscalidad saludable en los demás países), y los que han entendido que el futuro está en la solidaridad.

Desde La Coordinadora hemos estado trabajando con diversas plataformas europeas para trasladar un mensaje común desde la sociedad civil. Necesitamos poner en el corazón del proyecto europeo el refuerzo de los derechos sociales, la transición ecológica, el fortalecimiento de la democracia y un liderazgo internacional guiado por los derechos humanos, la cooperación, la sostenibilidad y la paz.

Más y mejor solidaridad y cooperación en la acción exterior europea.  Es el mensaje que en últimas semanas hemos podido trasladar al gobierno español en diversas ocasiones.  En los últimos meses las organizaciones de cooperación han defendido que el 10% del MFP se destine al Capítulo VI – Vecindad y Mundo –, y la cifra que se pone encima de la mesa es 102,7 mil millones de euros, que en la última propuesta de la semana pasada del consejo quería recortarse. En la carta enviada por diversas plataformas el 6 junio – entre ellas la plataforma Concord de la que forma parte Coordinadora – se trasladaba la importancia de reforzar los recursos del Capítulo VI – Vecindad y Mundo – de forma que el 95% de recursos puedan ser contabilizados como Ayuda Oficial al Desarrollo y se pusiera el foco central en el papel de Europa en enfrentar los desafíos globales que tenemos en la acción climática y ambiental, la cooperación al desarrollo, el desarrollo humano, la igualdad de género, los derechos humanos y la democracia, la acción humanitaria y la consolidación de la paz para lo que es esencial reforzar los capítulos presupuestarios temáticos frente al planteamiento de tener un mayor colchón de recursos de libre uso.

Asimismo, se trasladaba la necesidad de asegurar una mayor presencia del componente donación de los recursos – que es el que mejor puede atender a las necesidades actuales – frente a la propuesta de destinar recursos de cooperación y desarrollo a garantías e instrumentos de “blending” , que todavía necesitan demostrar su validez. Mirando a largo plazo, y dentro del compromiso con la Agenda 2030, se pedía también explicitar el compromiso con el 0,7% de AOD. Por último, se señalaba que si se quiere implementar el Pacto Verde, en su dimensión internacional, y con ello dar respuesta a la emergencia ambiental, es fundamental garantizar que el Instrumento Único de Vecindad, Desarrollo y Cooperación – pieza central de la nueva arquitectura – tenga un objetivo ambiental y climático del 50%.

La sociedad civil europea reclama coherencia y un cambio de modelo

Una reconstrucción integral basada en derechos, ecología y cambio de paradigma de desarrollo. Desde un punto de vista de la reconstrucción integral post-covid, nos hemos hecho eco de la propuesta realizada desde la plataforma europea SDG Watch Europe, en la que participa Futuro en Común, en la que se plantean 10 mensajes clave:

• Nuestro sistema es el problema: necesitamos un cambio de modelo.
• Hacer que los ODS y el Acuerdo de París sean las pautas para salir de la crisis.
• Fortalecer el sistema de protección social y hacerlo accesible para todos.
• Liderar el camino hacia un sistema económico social y ecológicamente sostenible con presupuestos verdes revisados. ​​
• Vincular la recuperación económica a condiciones claras y decir NO a los rescates para contaminadores y NO a los paraísos fiscales.
• Implementar la cancelación inmediata de la deuda y detener cualquier medida de austeridad injusta.
• Atajar todas las crisis actuales que se revelan con la COVID-19.
• Proteger nuestras democracias, derechos humanos y cívicos.
• Garantizar la transparencia de las decisiones políticas sobre COVID-19 y más allá, así como la plena inclusión y participación de la sociedad civil.
• Mostrar una acción global transformadora contra la pobreza y hambre.

Propuesta Francoalemana de Marco Financiero Plurianual + Fondo Europeo Nueva Generación