Si algo está demostrando la crisis global desatada por el COVID-19 es que somos profundamente interdependientes y que las decisiones que se toman en un lugar del mundo tienen repercusiones sobre el resto del planeta. Si algo demuestra también es que el sistema que rige nuestras vidas hace aguas por todos los lados, es insostenible. Vivimos un contexto mundial en el que existe una clara evidencia de las enormes contradicciones que lo rigen; entenderlas es clave para darles una respuesta que no vuelva a modelos que se han demostrado ineficaces.

Contar con herramientas que iluminen el camino es crucial en estos momentos. Una de las propuestas que pueden contribuir a ello es el Índice de Coherencia de Políticas para el Desarrollo Sostenible (ICPDS), una iniciativa de la Coordinadora de Organizaciones para el Desarrollo y la Red de Española de Estudios de Desarrollo (REEDES).

Analizar los baches pasados para allanar el camino futuro

Es evidente que una buena parte de la población mundial y el planeta están al borde del colapso. Recién conocemos los datos del Informe sobre crisis alimentarias 2020: en él se denuncia 135 millones de personas sufren hambre severa, 22 millones más que hace dos años. A esa situación extrema se le añade ahora el enorme impacto que tendrá la alerta sanitaria mundial sobre las personas más pobres: todo apunta a que a finales de año esta cifra aumente hasta los 250 millones.

La desigualdad mundial aumenta de manera exponencial, la crisis climática alcanza niveles insostenibles, las desigualdades de género son escandalosas. Es evidente que necesitamos repensar de manera urgente las políticas públicas que han contribuido a sostener un modelo de desarrollo que atenta contra la vida. Y cuando decimos todas las políticas nos referimos a todas las políticas de todos los países y de todos los niveles de la administración.

Tradicionalmente, al hablar de desarrollo, se focalizaba en la política de cooperación o, como mucho, en la política comercial o en la migratoria. De este modo, se olvidaba el enorme impacto que otras políticas tienen sobre las condiciones de vida de las personas aquí y en otros lugares del mundo.

Análisis globales para problemas globales

El ICPDS construye un ranking en el que los países aparecen según su compromiso con un enfoque integral de desarrollo; es decir, el compromiso de todas sus políticas con el desarrollo sostenible. Así lo explica Luisi Gil Payno en este artículo publicado por Glade en el que se detalla esta propuesta y su conexión con la Agenda 2030. El resultado de la última edición del Índice demuestra que ningún país es el ejemplo perfecto y que, por tanto, queda mucho camino por recorrer.

El ICPDS se estructura en cinco componentes: económico, social, ambiental, global y productivo. ¿Qué significa esto? Pues que se pone el foco en cuestiones como las políticas fiscales redistributivas, sobre los servicios sociales públicos universales y de calidad –como la sanidad–, sobre los compromisos con los tratados internacionales en defensa de los derechos humanos o protección del planeta, etc. La novedad de esta propuesta es que ofrece un análisis con múltiples vértices interconectados, una fotografía amplia, detallada y holística sobre las políticas públicas de los países. Una de las primeras propuestas en las que se explican las conexiones entre unas decisiones y otras, y sus consecuencias dentro y fuera de nuestras fronteras.

En el mundo global que habitamos las responsabilidades de los países van mucho más allá de sus límites geográficos. Por eso, es urgente contar con políticas que pongan en el centro bienestar de las personas y la sostenibilidad del planeta; que garanticen que nadie se queda atrás –tal como establece la Agenda 2030. Urgen políticas públicas que se diseñen y ejecuten sabiendo que hacerlo de un modo u otro tendrá consecuencias positivas o negativas no solo dentro de los países sino también fuera de ellos. Es urgente construir propuestas que combatan la desigualdad de género y garanticen los derechos humanos de manera universal.

El IDPDS ofrece una nueva forma de ver y entender el mundo que puede contribuir a la construcción de políticas que respondan de manera efectiva a los enormes retos que enfrentamos como humanidad. Una iniciativa que arroja luz para andar el camino que, como comunidad mundial, debemos iniciar en estos momentos crisis global en ámbitos que van mucho más allá del meramente sanitario. Seguir haciendo como hacíamos ya no tiene sentido.

Para conocer con más detalle qué propone el Índice de Coherencia de Políticas para el Desarrollo Sostenible, consulta este artículo de Luisi Gil Payno.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.