- 80 organizaciones han participado en el análisis de estrategias y prácticas para construir un relato colectivo, optimista y cuestionador sobre cómo las ONGD implicamos a la ciudadanía.
- ONGAWA propone abrir una conversación para explorar nuevas hojas de ruta capaces de aumentar y profundizar la participación de la ciudadanía en la solución de retos globales tan importantes como el cambio climático o la desigualdad, reivindicando una educación transformadora como palanca de cambio social.
ONGAWA presenta la investigación Nadie dijo que fuera fácil, en la que se analizan las estrategias de las ONGD para implicar a la ciudadanía y generar nuevas respuestas de acción ante la crisis económica, social y ecológica que atravesamos. La investigación, en la que han participado 80 ONG y que ha contado con el apoyo de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID), es el resultado del análisis y contraste de prácticas educativas, comunicativas y organizativas, realizado a través de entrevistas en profundidad y grupos de contraste, sistematizaciones de experiencias y memorias institucionales, y el análisis de más de 17 mil publicaciones en redes sociales y páginas web.
El objetivo de este estudio es “construir un relato colectivo, optimista y cuestionador sobre cómo las ONGD implicamos a la ciudadanía y reivindicar una educación transformadora como palanca de cambio social”, según apuntan en la investigación. Un diagnóstico de las estrategias más utilizadas en las ONGD capaz de marcar hojas de ruta y acciones futuras “para implicar más y de mejor manera a la población de a pie en retos globales tan importantes como el cambio climático o la desigualdad”, según explican desde ONGAWA.
Para realizar este estudio, ONGAWA se ha apoyado en el trabajo realizado en 2012 por Darnton y Kirk para Oxfam Reino Unido Buscando marcos: nuevas formas de implicar a la ciudadanía del Reino Unido con la pobreza global, en el que los investigadores aplicaban el concepto de marcos – esquemas mentales que todos utilizamos para interpretar la realidad – para explicar la desafección de la ciudadanía británica tras décadas de trabajo en cooperación y sensibilización. Como señala Itziar Rosado, la coordinadora del estudio, «todo lo que decimos y hacemos las ONGD activa o refuerza unos marcos u otros, transformadores o conservadores, y por eso no es lo mismo hablar de justicia que de ayuda, de cambio colectivo o de donación individual».
Entender mejor de qué manera quiere participar la gente
Una de las ideas principales que destaca el estudio es la importancia para las ONGD de escoger los marcos desde los que comunican y actúan, teniendo en cuenta su sentido político. Como señala la coordinadora del estudio, “cuando hablamos de hambre o pobreza como una necesidad, una especie de maldición, y sólo ofrecemos a quien nos escucha la posibilidad de hacer una donación individual, ahí estamos reforzando un marco hegemónico conservador que no invita a la participación, ni a la reflexión sobre las causas”.
En este sentido, el estudio señala el reto de relacionar los problemas con sus causas políticas y con los cambios necesarios para resolverlos, y sobre todo el de ofrecer espacios abiertos y atractivos para que las personas participen y se impliquen a partir de sus propias inquietudes de cambio. “Necesitamos ir dónde la gente está moviéndose, y no esperarles con nuestra propuesta cerrada en la mano”, apunta Rosado.
A modo de conclusión, la investigación Nadie dijo que fuera fácil ofrece una serie de claves y ejemplos de buenas prácticas que pueden ser útiles a cualquier organización que quiera profundizar en su orientación al cambio social y a la participación. “Nuestra idea es que el informe sea el principio de una conversación sobre cómo las ONGD podemos y debemos implicar a la ciudadanía, compartiendo aciertos, errores y aprendizajes para mejorar juntos”, concluye Rosado.
El informe completo Nadie Dijo que fuera Fácil está disponible aquí.