Se han cumplido tres años desde que se acordaron los Objetivos de Desarrollo Sostenible(ODS) por los 193 Estados miembros de las Naciones Unidas. Aunque se están dando avances en el logro de la igualdad de género y empoderamiento de todas las mujeres y las niñas (ODS 5), las consecuciones plenas de sus derechos están lejos de alcanzarse por lo que InteRed considera imprescindible incorporar el enfoque de género y cuidados que ponga en el centro de la agenda 2030 los derechos de las mujeres y las niñas.

La Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, así como el Acuerdo de París sobre cambio climático, se han convertido en un punto de referencia fundamental para el desarrollo global y tienen como principal desafío construir sociedades en las que se protejan los derechos humanos, el planeta y sus recursos naturales.

La rígida división sexual del trabajo y la injusta organización social del cuidado son una de las causas de las desigualdades de género y de la discriminación hacia las mujeres, suponiendo una distinta valoración social, económica y simbólica y teniendo repercusiones negativas para el desarrollo de las capacidades y libertad de elección. Es necesario avanzar en la promoción de la responsabilidad compartida en el hogar y las familias y reconocer y valorar los cuidados y el trabajo doméstico no remunerado como soporte de las sociedades y sustento de las economías.

EL ESTUDIO

InteRed ha elaborado el estudio “Objetivos de Desarrollo Sostenible con enfoque de Género y Cuidados”. Que se puede descargar haciendo click aquícon el apoyo de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID), con el que se pretende analizar cada uno de los 17 ODS, reflexionando sobre las problemáticas que afectan a las mujeres y a la sostenibilidad de la vida, así como abordar alternativas desde el enfoque de género y cuidados. Para afrontar los grandes desafíos globales, necesitamos apostar por cambios estructurales en el sistema que vivimos y que pasan por poner la sostenibilidad de la vida y del planeta en el centro. Lo que exige, que los objetivos relativos al cuidado de las personas y del planeta convivan de forma armónica y sostenible con los vinculados al desarrollo económico y social.

Tres años después, la agenda 2030 tiene que avanzar en su implementación, superar su naturaleza voluntaria y convertirse en una oportunidad “real” para que los gobiernos junto con la sociedad civil incorporen de forma transversal la mirada feminista e interseccional en sus planes de desarrollo de los ODS a través de unas políticas públicas que permita caminar hacia sociedades más inclusivas, igualitarias y sostenibles, que pongan la vida en el centro.

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