El borrador, distribuido por la Secretaría de Estado de Cooperación Internacional y para Iberoamérica y el Caribe, presenta seis carencias básicas sin cuya subsanación no tendrá utilidad como herramienta de gestión de la política de cooperación
El pasado 11 de diciembre llegaba a nuestras manos el borrador del quinto Plan Director, una primera versión del documento que regirá las líneas estratégicas de la Cooperación Española durante los próximos cuatro años. A lo largo del último mes la Coordinadora, con el apoyo de distintos grupos de trabajo y organizaciones socias, se ha dedicado a analizarlo de manera exhaustiva para poder contribuir a su mejora.
Compartimos a continuación nuestra valoración inicial de este primer borrador del V Plan Director:
El documento, distribuido por la Secretaría de Estado de Cooperación Internacional y para Iberoamérica y el Caribe, presenta seis carencias básicas sin cuya subsanación no tendrá utilidad como herramienta de gestión de la política de cooperación.
1) Inexistencia de un marco presupuestario: el borrador no solo no va acompañado de una memoria económica, en la que se se especifique los fondos que se destinarán, sino que además la cuestión presupuestaria aparece reflejada con menciones difusas o sujetas a condicionantes sin especificar. Así, por ejemplo, se afirma que “la definición de objetivos para los próximos cuatro años exige realismo en relación con las capacidades y la realidad actual”.
Estos mensajes llevan a pensar que, pese a sus promesas de recuperar la cooperación internacional una vez iniciada la senda del crecimiento económico, el Ejecutivo no tiene una voluntad real de cumplir con su palabra.
España debería normalizar su esfuerzo de ayuda y acercarse a países de su entorno, como aquellos que integran la UE-15, en los que se destina una 0,51% de la Renta Nacional Bruta a cooperación internacional. Para ello, en 2020 debería alcanzarse como mínimo el 0,4%.
2) Carencia de un enfoque estratégico: en la propuesta de V Plan Director se explicita una voluntad de alinearse con la Agenda 2030, la Agenda de Acción de Addis Abeba sobre Financiación del Desarrollo y el Acuerdo de París sobre cambio climático, algo que valoramos positivamente. Ahora bien, este ejercicio no cuenta con una visión a largo plazo, ambiciosa y con prioridades claramente definidas, en la que se conjuguen de manera equilibrada los elementos propios y positivos de la Cooperación Española con las exigencias y metas de la Agenda 2030.
3) Vacío en el desarrollo de un marco institucional y normativo: el texto propuesto no hace referencia a las reformas necesarias, y recomendadas por distintos organismos nacionales e internacionales, para superar la fragmentación, solapamiento y descoordinación existente entre los distintos actores de la cooperación. Solo menciona la futura modificación del estatuto de la AECID antes de diciembre de 2019.
4) Falta de ambición con respecto a la coherencia de políticas: en el borrador se menciona la necesidad de reforzar la coherencia de políticas para el desarrollo sostenible. Nos preocupa, sin embargo, que se trata tan solo de una referencia sin una concreción real. Tal y como ha señalado, el Comité de Ayuda al Desarrollo, de la OCDE, el Consejo de Cooperación de España y Naciones Unidas, en la Agenda 2030, es indispensable que el Estado establezca un mecanismo encargado del cumplimiento y evaluación de dicha coherencia tanto en las políticas nacionales como en las destinadas al exterior. Este instrumento deberá situarse en el más alto nivel de la Administración y contar con recursos y capacidades suficientes.
5) Deficiente valoración del papel de la sociedad civil: en el borrador se destaca el rol de las ONG en la atención de las comunidades más vulnerables. No se reconoce, sin embargo, su importancia como agentes de incidencia política y de transformación social mediante la educación para el desarrollo.
6) Necesidad de un marco de seguimiento y evaluación: el plan no contiene indicadores y metas con los que realizar un seguimiento y evaluación del mismo. Tampoco plantea herramientas de planificación y seguimiento anuales que puedan orientar e informar sobre los avances conseguidos y los desafíos existentes
La corrección de estos déficits es un requisito indispensable para poder seguir avanzando e incorporar enmiendas concretas al documento.
Próximos pasos
En los próximos días se inicia una nueva fase de consulta y debate entre la Administración y las distintas entidades, redes y organizaciones implicadas en el sector. Como representantes de 450 ONGD, solicitamos a la Secretaria de Estado de Cooperación Internacional para Iberoamérica y Caribe que se establezcan plazos adecuados para poder realizar un trabajo de subsanación de las carencias existentes con la participación de todos los actores, mejorar la calidad del plan e incorporar el compromiso político que su puesta en marcha requiere. Estamos ante un gran oportunidad para recuperar la Cooperación como una política de Estado, acorde al papel que España desea jugar en la esfera internacional y a sus compromisos adquiridos en Naciones Unidas y otras instancias multilaterales.
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Para acceder a la valoración completa del borrador, pincha en el siguiente enlace:
Documento completo de valoración del primer borrador del V Plan Director