Tras este atentado, Save the Children ha comunicado que cierra de manera temporal sus programas y oficinas en este país

La Coordinadora de Organizaciones de Cooperación para el Desarrollo condena rotundamente el ataque sufrido por Save The Children en su oficina de Jalalabad (Afganistán). Un grupo de hombres armados entró en la sede de esta organización en la capital de Nangarhar, provincia fronteriza con Pakistán, en torno a las 9.10 hora local (4.40 GMT). Por el momento, según la información recogida por distintos medios de comunicación, han muerto 10 personas y 26 han resultado heridas, en un atentado suicida cuya autoría se ha atribuido Dáesh.

En primer lugar, queremos expresar toda nuestra solidaridad, cariño y apoyo a las víctimas y a sus familias, a todos los que mueren o sufren por la violencia en Afganistán o en cualquier parte del mundo y a las personas que integran Save the Children. Esta ONGD lleva trabajando en Afganistán en la defensa de los derechos de la infancia desde 1976.

En segundo lugar, nos vemos obligados a insistir en que las organizaciones de cooperación internacional y de acción humanitaria no deben ser jamás un objetivo de los ataques de grupos terroristas o de las partes enfrentadas en un conflicto. Nosotras estamos y estaremos siempre del lado de quien padece las consecuencias y no de quien las provoca.  En este sentido, nos preocupa cómo se está reduciendo en los últimos años el espacio humanitario y la pasividad de la comunidad internacional al respecto.

Por último, nos parece importar recordar que Afganistán no es un país seguro, pese a que la UE lo considere como tal para justificar la repatriación de cientos de demandantes de asilo. Basta recordar que 1.662 civiles murieron en ataques tan solo en los seis primeros meses de 2017, según Naciones Unidas. Además, estos tienen cada vez  más un mayor impacto en las mujeres y los niños y niñas. Cerca de 700 menores fueron asesinados en los primeros nueve meses del año, conforme a los datos de Unicef.

Reproducimos a continuación el comunicado de Save The Children:

Madrid, 24 de enero de 2018. Nuestra oficina de Save the Children en la ciudad de Jalalabad, en Afganistán, ha sido atacada esta mañana cuando unos hombres armados han entrado en el efidicio a las 4.00 a.m (9.00 hora local). Estamos absolutamente consternados por lo sucedido y ahora nuestra principal preocupación es la seguridad de nuestros compañeros. Todos los programas de Save the Children en Afganistán se han suspendido temporalmente y las oficinas han sido cerradas. Esperamos poder reanudar nuestras operaciones y nuestro trabajo con la infancia lo más rápido posible.

El 2 de marzo de 2015 fueron secuestrados cinco trabajadores de la ONG mientras desarrollaban labores de seguimiento de proyectos en la provincia de Tarinkot, una de las zonas más peligrosas del país por ser un enclave talibán. Un mes y medio después los cinco trabajadores fueron ejecutados a tiros por los secuestradores. La organización lo confirmó oficialmente el 10 de abril de 2015.

Save the Children lleva trabajando en Afganistán desde 1976. Nuestro trabajo humanitario en el país llega a casi 1,4 millones de niños.

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