Los actores sociales del Consejo de Cooperación presentan en el Congreso sus propuestas para el V Plan Director de la Cooperación Española, el documento que guiará esta política en los próximos años
- Con una caída del 75% desde 2008, España se encuentra a la cola de los donantes internacionales
- La construcción colectiva del V Plan Director es una oportunidad para revertir esta situación y apostar por una política que esté a la altura de los retos internacionales que afrontamos
- El gobierno debe garantizar la coherencia de este Plan con los compromisos asumidos en el seno de la Agenda 2030
Hoy se celebra una sesión en el Congreso sobre este proceso. El acto podrá seguirse en streaming a través de este enlace
Consulta la Coordinadora sobre el VPlanDirector de la Coordinadora de ONGD
Un poco de historia. Para entender la construcción del V Plan Director de la Cooperación Española debemos hacer un poco de memoria y contextualización. Año 2016. Entonces, el escenario de la política de cooperación viene marcado por tres cuestiones importantes: los fondos que España dedica a esta política se sitúan en su nivel más bajo: un 0,12% de la RNB; una cifra que nos lleva a los últimos puestos en el grupo de países donantes. Tal situación coincide con un momento internacional de grandes cambios: la elaboración del Consenso Europeo de Desarrollo –que guiará la política Europea en esta área y el avance de la Agenda 2030, que marca la senda internacional en los próximos 15 años. Y, en el contexto nacional, se inicia la construcción de ese V Plan Director que marcará la senda española para esta política.
Desde que este Plan comenzó a gestarse, la sociedad civil ha demandado que se apueste por una construcción colectiva en la que el debate pausado sea la norma. Con este objetivo, el Consejo de Cooperación acogió, de manera natural, este proceso de reflexión colectiva. Fruto de ese trabajo, se ha elaborado un documento que hoy se presenta en el Congreso. Un documento que cuenta con un amplio consenso y que marca las líneas que debería seguir un Plan de Cooperación que pretenda estar a la altura de los desafíos actuales.
Esta será una etapa más de un proceso que finalizará en diciembre, coincidiendo con aprobación de los Presupuestos Generales del Estado para 2018 –el Consejo ya ha pedido una previsión presupuestaria concreta para cooperación que el gobierno aún no ha adelantado. Hasta entonces, el gobierno y grupos políticos deberán responder con responsabilidad; la sociedad civil continuará contribuyendo al proceso y vigilando el cumplimiento de los compromisos.
Una cooperación a la altura
La construcción del documento que guiará la cooperación en los próximos años es crucial en un momento en el que esta política se encuentra más debilitada que nunca. Los actores sociales del Consejo de Cooperación no quieren maquillajes ni parches; exigen medidas firmes que garanticen la reconstrucción de una política que es esencial en los tiempos que corren. Los compromisos asumidos por el gobierno con la Agenda 2030 le obligan a tomar el toro por los cuernos y garantizar que lo comprometido se cumple.
La cooperación del S.XXI debe responder a los enormes retos que se nos presentan como humanidad. Los esquemas del pasado ya no funcionan porque la realidad ha cambiado notablemente. En este sentido, la Agenda 2030 es un marco adecuado en el que situarse. Su amplio enfoque y sus propuestas multisectoriales responden adecuadamente a las múltiples aristas de una realidad internacional conectada y cambiante.
En un momento como el actual, el abordaje de la cooperación para el desarrollo debe realizarse de la mano de esta Agenda que afecta tanto a las políticas nacionales como a las internacionales. El fomento del desarrollo sostenible exige políticas que se complementen y sean coherentes entre sí; no se puede parchear con una mano lo que se estropea con la otra. En este sentido, es urgente construir una arquitectura institucional que garantice la coordinación entre los distintos espacios (local, nacional e internacional) y actores implicados; una estructura institucional que debe ser liderada de manera supra ministerial y al más alto nivel.
Ahora bien, para realizar todo este proceso, es necesario incrementar los recursos con los que se cuenta. Sin fondos, no hay política que pueda llevarse a la práctica; sin recursos humanos, tampoco. Los fondos españoles para cooperación se encuentran a la cola de los países donantes, una posición que no se corresponde con el papel internacional que España pretende jugar. Es hora de comenzar un crecimiento consistente y gradual de los fondos. Es hora de fortalecer también la promoción de los recursos humanos.
Política de Estado
El V Plan Director debe apostar por una visión a largo plazo que responda al marco establecido por la Agenda 2030 y que allane el camino hacia la consolidación de la cooperación como una política de Estado. Para ello, es crucial una actualización de la ley actual para alinearla con la Agenda 2030, con una ley de Desarrollo Sostenible como paraguas que incorpore la dimensión interna y externa de la Agenda.
Consulta el documento elaborado por el Consejo de Cooperación sobre el V PlanDirector
Consulta las reflexiones previas elaboradas por la Coordinadora de ONGD