El lunes 10 de Octubre comienza en París la reunión de alto nivel del Comité de Ayuda al Desarrollo de la OCDE sobre el futuro de la Ayuda Oficial al Desarrollo (AOD), y por este motivo, el pasado viernes enviamos una carta al ministro en funciones, García-Margallo, con nuestro punto de vista, inquietudes y recomendaciones  sobre varios de los elementos que se discutirán en la reunión.

Los resultados de este proceso condicionarán el tipo de cooperación que llevarán a cabo los países donantes en el futuro, entre ellos España. En la carta, la Coordinadora demanda al gobierno español que trabaje en favor de una mayor transparencia en el proceso y en la definición de criterios y mecanismos para que los fondos se destinen realmente para los objetivos últimos de erradicación de la pobreza desde un enfoque de derechos humanos, género y de sostenibilidad ambiental.

Estos objetivos han sido recientemente refrendados a nivel global en la denominada Agenda 2030 (Objetivos de Desarrollo Sostenible), que compromete a todos los países firmantes.

Como expresa el Plan Director de la Cooperación Españolala Ayuda al Desarrollo no es sólo un acto de generosidad, sino  también una inversión solidaria y de futuro, porque lo que está en  juego  es  el  bienestar  global.  Sólo  aseguraremos  nuestro  futuro si podemos asegurar también el de todos aquellos que comparten con nosotros el planeta y sus recursos limitados”.

Sin embargo, esta noble exposición de motivos, para la que la ciudadanía con la mejor de las intenciones , se rasca el bolsillo todos los años, en  realidad se supedita a otros intereses como el control migratorio de fronteras, la promoción de la política comercial o financiera. Y esta instrumentalización pervierte la ayuda y la hace ineficaz y no genuina. En 2015 el informe Aidwatch realizado por la plataforma europea Concord – en la que participa la Coordinadora – denunciaba que Europa inflaba su ayuda en 7.000 millones de euros (un 12% del total).

Cuando hablamos de Ayuda, según la OCDE estamos dilucidando qué hacer con 131 mil millones de dólares en 2015 (un 10% menos que en 2014), que suponen un 0,30% del PIB de los países donantes. Esta cifra dista en mucho del manido objetivo del 0,7%. España aporta 1.604 millones de dólares (0,13% del PIB) lo que refleja el esfuerzo de cooperación más bajo desde los años 80, cuando ni siquiera éramos miembros del club de donantes.

No corren buenos tiempos para la Cooperación y sin embargo una ayuda coherente y eficaz se hace más necesaria que nunca si se quieren alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible –  haciendo verdadero el principio de “no dejar a nadie atrás” – y avanzar para prevenir las causas de las crisis que estamos viviendo en los últimos tiempos (migratoria, humanitaria, climática, etc.).

Como decía recientemente Jeffrey Sachs frente a un grupo de líderes españoles, «España tiene que recuperar su sistema de ayuda si quiere contar y abrirse al mundo en la resolución de sus problemas».

Infelizmente no vamos en la buena dirección.

 

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.