Exigimos políticas globales que garanticen la defensa de los territorios y la protección de activistas medioambientales

 

El año pasado, 185 personas fueron asesinadas por la defensa de la tierra y sus recursos; o lo que es lo mismo, 3 personas por semana

El acompañamiento que realizan los y las cooperantes a estos movimientos es esencial para conseguir una mayor repercusión internacional de sus demandas y para ofrecer protección ante las amenazas

El recorte en los fondos de cooperación ha supuesto un abandono de personas y comunidades en situación de extrema vulnerabilidad

 

El pasado año se batieron records: 185 personas fueron asesinadas por su defensa de la tierra. Según datos del informe “Terreno peligroso”, de la ONG People Witness, 2015 fue el peor año de la historia en este sentido. El país con mayor número de asesinatos es Brasil, donde perdieron la vida 50 personas.

Numerosas ONG españolas trabajan mano a mano con movimientos de defensa de los bosques, ríos y recursos naturales. La labor de acompañamiento que realizan permite ofrecer una mayor protección y dar la voz de alerta internacional cuando se producen las amenazas. No obstante, los y las cooperantes son conscientes de ser una pieza más dentro de un complejo engranaje en el que sus actuaciones son imprescindibles, aunque limitadas. Los distintos actores implicados – gobiernos locales, instancias internacionales, transnacionales…- deben asumir sus responsabilidades.

En este sentido, el varapalo sufrido por la política de cooperación española ha derivado en un debilitamiento de este tipo de actuaciones. Una situación que da cuenta de la falta de responsabilidad política ante la protección de personas y comunidades en situaciones de extrema vulnerabilidad. Los fondos de cooperación deben recuperarse y avanzar hasta el 0,4% en hasta 2019 y 0,7% hasta 2024.

El próximo gobierno debe garantizar que existe una coherencia entre sus políticas de manera que todas ellas contribuyan al desarrollo sostenible en los países en los que actúan. Las empresas multinacionales deben respetar el medio ambiente y los derechos de las comunidades. El expolio de los recursos y la violación de derechos humanos deben perseguirse de manera efectiva. Los asesinatos de activistas medioambientales deben ser investigados para depurar las responsabilidades directas e indirectas de los crímenes. La impunidad debe dejar de ser la norma.

Algunos procesos que acompañan nuestras ONG y cooperantes

BRASIL. Apoyo a “los jardineros del mundo”. (Entreculturas)

 De los 160 grupos humanos sin contacto con Occidente, 145 están en la Amazonia, más de 100 de ellos en Brasil. Los terrenos que habitan son de una enorme riqueza medioambiental que atrae a la invasión depredadora de las empresas extractivas. Cada vez quedan menos espacios vírgenes en los que los pueblos originarios pueden vivir con plena libertad y garantía de sus derechos ancestrales.

Sufren la violencia de pistoleros contratados a sueldo por agro-negocios, madereras, petroleras, mineras, hidroeléctricas… Lo remoto de sus tierras impide que las informaciones sobre las violaciones sistemáticas de derechos humanos salgan más allá de la zona contribuyendo, así, a su persistencia.

Entreculturas trabaja de la mano del Consejo Indigenista Misionero en el acompañamiento de los “últimos pueblos libres” en la defensa de sus  tierras. Su trabajo diario contribuye a evitar las invasiones y el expolio de los recursos. La labor que realizan es una pieza importante para presionar y conseguir que la protección de las tierras sea garantizada por las autoridades competentes. Y, sin duda, sirven de altavoz internacional para denunciar la violencia que las grandes multinacionales y los terratenientes ejercen sobre los “jardineros del mundo”.

 

PARAGUAY. Defensa del aislamiento de los ayoreo y de sus tierras, bosques. (Manos Unidas)

Los ayoreo son un pueblo indígena transfronterizo cuyo territorio histórico tradicional abarca el sur del Chaco boliviano y el norte del Chaco paraguayo. Gracias a la lucha que han llevado a cabo durante los últimos veinte años, han logrado la restitución de unas 121.600 hectáreas de bosques, conservadas gracias a su continua labor de control y defensa.

Uno de los derechos que reivindican es el del aislamiento. Este pueblo aún tiene parientes de generaciones recientes que permanecen en los últimos bosques de su territorio, evitando el contacto con otras personas. Sin embargo, la constante y acelerada deforestación que se registra en la zona les hace estar en constante huída.

En los últimos años han logrado que la Comisión Interamericana de Derechos Humanos establezca medidas cautelares que obligan al Estado paraguayo a proteger los bosques, reconocer la titularidad del territorio ancestral indígena y prevenir contactos no deseados. Sin embargo, ninguna autoridad paraguaya ha tomado medidas efectivas para detener el avance de la deforestación. El proceso de restitución efectiva de tierras pendientes de registro y titulación se halla paralizado desde hace varios años porque el Estado no asigna recursos suficientes para hacerlo, no protege el territorio ni evita la deforestación de sus montes.

Manos Unidas apoya a este pueblo en la defensa de sus tierras, sus bosques y su derecho al aislamiento. De la mano de la ONG paraguaya Gente, Ambiente y Territorio contribuye a la defensa de los derechos del pueblo ayoreo. Los y las cooperantes asumen sus reivindicaciones como propias y parte de su compromiso con la solidaridad y la defensa de los derechos humanos en cualquier lugar del mundo.

 

HONDURAS. La lucha de Berta Cáceres sigue viva. (Oxfam Intermón)

El Consejo Cívico de Organizaciones Populares e Indígenas de Honduras (COPINH) lidera la lucha contra la represa de Agua Zarca. Una construcción dirigida por la empresa china Sinohydro que implica expulsar a los indígenas lenca de su territorio y privarles del acceso al agua del río Gualcarque.

La oposición de los pueblos a este tipo de construcciones está saliendo muy cara. El pasado mes de marzo asesinaron a la activista Berta Cáceres por oponerse a este proyecto. Posteriormente ha habido otros dos muertes supuestamente ligadas a esta lucha campesina; la última de ellas la de Lesbia Yaneth Urquía, el pasado mes de julio. Tanto las personas que forman parte del COPINH como la población indígena lenca sufren constantesagresionesa mano armada, envenenamiento de sus cosechas, amenazas y hostigamiento constantes.

Oxfam Intermón mantiene una campaña para exigir la cancelación del proyecto Agua Zarca y la retirada de los bancos inversores, así como el reconocimiento legal de los derechos sobre la tierra de los pueblos indígenas amenazados. Los y las cooperantes que trabajan mano a mano con el COPINH, defienden la tierra y los derechos del pueblo lenca frente a las actuaciones de las empresas y la inoperancia del Estado hondureño.

 

BRASIL. Trabajo con Quilombolas, comunidades descendientes de esclavos. (Inspiraction)

Los pueblos indígenas y quilombolas de Oriximiná (región de Pará) en la Amazonía brasileña llevan más de 15 años reclamando la titularidad de las tierras en las que viven, mientras las explotaciones mineras y madereras se expanden casi sin freno en la región. La empresa Mineração Rio Norte, la mayor productora de bauxita en Brasil que abastece a los mercados de Europa, Estados Unidos, Canadá y China, continúa su expansión ocupando las tierras de las quilombolas.

Necesitamos la titularidad de nuestras tierras porque es la única manera de frenar la invasión de la industria minera y maderera. Entran en nuestros territorios sin consultarnos y deforestan todo” señala Aluízio Silvério dos Santos, líder de una asociación que representa a cerca de 1.500 quilombolas en Oriximiná. A pesar de que la Constitución federal brasileña recoge el derecho de estos pueblos sobre sus  tierras, los más de 4.000 indígenas y 10.000 quilombolas de Oriximiná aún no han conseguido obtener el título de propiedad de sus tierras.

Los quilombolas de Oriximiná son descendientes de poblaciones negras que en el siglo XIX huyeron de la esclavitud. Inspiraction trabaja con ellos de la mano de la  Comissão Pró-Indio de São Paulo en la defensa de la naturaleza que, según dicen los Oriximiná, “es la madre; no se vende ni se negocia”.

Más información:  Yolanda Polo – 695 940 370  ///  Entreculturas: Vega Castrillo – 630 74 67 97 ///  Manos Unidas: Marta Isabel González – 608 42 79 76 // Oxfam Intermón: María José Agejas – 638 242 672 ///  Inspiraction – Arantxa García – 649 81 96 56

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