Corría el año 2000; comenzaba el nuevo milenio y, con él, las buenas intenciones. Entonces 189 países se comprometieron con el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM) hasta 2015. Unos objetivos que incluyeron desde reducir a la mitad la pobreza extrema, luchar contra el sida, promover la igualdad de género o garantizar la educación universal. El problema es que fue una agenda construida desde los poderes del Norte desarrollado para los países en desarrollo y centrada en las consecuencias, sin prestar atención a las causas.
*Leer artículo completo AQUÍ