“Me decían que era una vaga. Me sentía que no valía nada, que no era importante, salía con temor. Ahora mi vida ha cambiado, me siento libre para salir, para trabajar por mi gente. Me siento orgullosa porque soy reconocida. Me siento fuerte, con valor, ya que desempeño muchos papeles con las mujeres de mi comunidad y no tengo miedo”. Éste y otros testimonios son frecuentes en Nicaragua y en muchos otros países donde las mujeres están excluidas de la vida social en su región y son relegadas sólo a cuestiones domésticas y bajo la violencia machista.

Solucionar esta situación es el trabajo que el Colectivo de Mujeres de Matagalpa (CMM), en Nicaragua, lleva haciendo desde hace más de 25 años para aplicar los principios de protagonismo de las mujeres en las decisiones sobre sus vidas y en las transformaciones colectivas comunitarias. La asociación trabaja con Farmamundi desde 1998 en proyectos de acceso a medicamentos, salud sexual y reproductiva y empoderamiento de la mujer, entre otros aspectos. Ambas organizaciones insisten en que se debe seguir incidiendo en los derechos femeninos, promoviendo políticas en su defensa, evitar la violencia en el entorno familiar o impulsar la formación del liderazgo comunitario. “Las mujeres, además de estar afectadas por estas injusticias y de vivir en pobreza, por el mero hecho de serlo, se nos ha expropiado nuestro cuerpo, de ser protagonistas de nuestras vidas, del derecho a decidir, de participar, de pensar, de crear…”, comenta Ana Ara, representante del CMM.

En Nicaragua, en la actualidad existe un retroceso en los derechos a la salud y los derechos sexuales y reproductivos, “uno de los ejemplos es la derogación del aborto terapéutico, sobre todo para las mujeres más pobres. Estas son más vulnerables a la presión y manipulación religiosa y política, haciéndoles creer que todo es pecado y que se van a condenar. También son las más pobres a las que acusan cuando llegan a buscar atención por una hemorragia vaginal y se convierten en sospechosas de haberse practicado un aborto. O son las niñas pobres las obligadas a parir un hijo fruto de una violación, explica Ara desde Matagalpa. “Debemos hacer realidad una atención en salud integral, incorporando todos los aspectos de la vida y esencia humana, derecho a decidir sobre nuestro cuerpo y sentimientos, siendo protagonistas de nuestro proceso salud/enfermedad, incluyendo la salud mental y emocional”, concluye.

Violencia en pareja

El Colectivo y Farmamundi llevan años denunciando la violencia de género que golpea duramente al país. Una de cada dos mujeres reconoce haber sufrido agresiones en algún momento de su vida y una de cada cuatro es víctima de violencia en la actualidad, la mayoría a manos de su pareja, según datos aportados por el CMM de las mujeres atendidas en sus centros. “Yo fui educada como mujer en la obediencia, de hacerle caso a los hombres, de obedecerle todo el tiempo, hacer lo que ellos quieren aunque una no quiera. He aprendido que no se trata de obligación, que una no es objeto sexual, que tiene derecho al placer, a pensar, a conocer su cuerpo, a decidir”, comenta una joven de la comunidad. Cambiar esta situación es complicada, ya que todavía a día de hoy se siguen reafirmando estructuras sociales que sostienen las injusticias, los sistemas económicos, las políticas públicas, las leyes, las religiones, los sistemas políticos disfrazados de democráticos, la cultura patriarcal, los medios de comunicación, hacen la brecha de la injusticia cada vez más grande, entre ricos y pobres, entre hombres y mujeres, entre las personas del campo y de la ciudad, etc. Por ello, hay que trabajar para ser personas con capacidad crítica, con libertad de pensar, de elegir y construir desde una misma una opinión, una idea, una acción. Sensibilizar y educar con el teatro Uno de los pilares en los que se apoyan es el teatro social, incorporando el cuerpo, la expresión corporal, la creatividad plástica, el canto o la música, en las metodologías participativas. “Aprendemos con placer, no con angustias y represión. El teatro social permite vivenciar de manera sencilla situaciones muy complejas, en la dimensión cognitiva, emocional y corporal a la vez y retoma así la integralidad del los aprendizajes”.

Durante este mes de marzo, en el marco de la campaña de educación “Esenciales para la vida” que se está desarrollando en Andalucía, el Colectivo de Mujeres de Matagalpa realizará una gira teatral por las Universidades de Córdoba, Sevilla, Granada y Jaén entre marzo y abril de 2014. La obra bajo el título “Doña Remedios”, de acceso gratuito, aborda la importancia del acceso a medicamentos esenciales en el desarrollo humano como uno de los factores primordiales para conseguir que la salud sea un derecho universal. Las representaciones se enmarcan dentro de los seminarios financiados por la Agencia Andaluza de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AACID). La primera actuación tendrá lugar el 13 de marzo, a las 19.45 horas, en el Aulario Anexo de la Facultad de Medicina y Enfermería de la Universidad de Córdoba.

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