Durante las últimas semanas, jóvenes, ecologistas, activistas de los derechos de las mujeres, trabajadoras/es de la salud, profesorado, abogadas/os, intelectuales, trabajadoras/es sindicalizados y no sindicalizados, organizaciones no gubernamentales, ciudadanía, creyentes y no creyentes, personas LGBTIQ, artistas, deportistas, amas/os de casa, hinchas de fútbol – mujeres y hombres de todas las clases sociales – se han unido a las pacíficas manifestaciones callejeras en toda Turquía expresando su oposición al gobierno neoliberal-islamista del primer ministro Erdoğan. Estas manifestaciones han logrado situar la igualdad, la democracia, el pluralismo y la diversidad en la agenda política turca, y en Europa en su conjunto.

Como feministas europeas y activistas de derechos de las mujeres, expresamos nuestra solidaridad con las y los manifestantes en Turquía. Deploramos la represión y la masiva violencia estatal contra las personas que ejercen sus libertades básicas de disidencia y de reunión.

Hacemos un llamamiento a nuestros gobiernos, la UE y la comunidad internacional para:

  1. oponerse de manera inequívoca al comportamiento antidemocrático del gobierno turco,
  2. para exigir el fin de la detención de manifestantes, personal médico y asesoras/es legales bajo el cuestionable pretexto de la legislación antiterrorista, y el fin de la violencia contra ellas/os que contradice los principios de derechos humanos, así como la liberación de todas las personas detenidas en relación con las protestas, e
  3. insistir en una investigación sobre la intensa violencia ejercida y la persecución de los responsables.

Como feministas europeas y activistas de derechos de las mujeres, reafirmamos la indivisibilidad de los derechos humanos, incluidos el derecho de disidencia democrática, la libertad de opinión y medios de comunicación, así como el derecho de movimiento y hablar libremente en público, el derecho a una vida libre de violencia y al control sobre el propio cuerpo, la salud y la sexualidad. En particular, reafirmamos estos derechos para todas las mujeres turcas que han estado a la vanguardia en la lucha por la democracia, la igualdad y la libertad – incluyendo, pero no exclusivamente, en las protestas de las últimas semanas.

Mientras que las mujeres en Turquía están expuestas a la discriminación generalizada y la violencia cotidiana, incluida la violación y el asesinato, el gobierno del primer ministro Erdoğan ha promovido numerosas iniciativas para atentar contra los derechos humanos de las mujeres, incluidos sus derechos sexuales y reproductivos. Así, mientras que el gobierno recurre, por un lado, a un discurso de género moralista, hipócrita y patriarcal, por otro lado, promueve políticas que desempoderan a las mujeres y limitan su control sobre sus vidas y sus cuerpos. A pesar del contexto de rápido y elevado crecimiento económico de los últimos años, la independencia económica de las mujeres se encuentra fuertemente limitada debido a la persistencia de la pobreza (en particular en el sudeste y el noreste de Turquía), una baja tasa de empleo femenina y la violación permanente de los derechos laborales básicos. Los Servicios Sociales siguen estando poco desarrollados y son inaccesibles para la mayoría de las familias turcas, por lo que la carga de trabajo reproductivo y de cuidado no remunerado sigue cayendo desproporcionadamente sobre las mujeres, en particular sobre aquellas procedentes de estratos más desfavorecidos.

Las y los manifestantes en Turquía se hacen eco de los actuales debates en Europa y otras partes del mundo en su resistencia contra el neoliberalismo islamista de Erdogan que implica la privatización de los espacios comunes en interés del así llamado crecimiento económico; en su protesta contra un modelo de desarrollo económico que perpetúa, e incrementa, las desigualdades y la pobreza; en su resistencia contra una democracia vacía, controlada por una pequeña élite con un historial democrático cuestionable; en su énfasis en los derechos de las mujeres y los derechos humanos, y en el ejercicio pacífico de oposición.

Las protestas en Turquía son una variante de las luchas globales en curso contra el no-democrático modelo económico neoliberal dominante que gobierna Europa y el mundo actualmente. WIDE+ comparte la visión de una democracia real, el respeto de los derechos humanos de las mujeres y la diversidad en el marco de los derechos humanos para todas las personas, la justicia de género, y un modelo de desarrollo económico y social igualitario que no reproduzca continuamente la pobreza y la explotación.

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