En momentos de crisis humanitarias la adopción es una de las últimas opciones. Normalmente es muy difícil determinar en qué situación familiar se encuentran las y los menores de edad y, por tanto, los esfuerzos se centran en atenderles en el propio terreno y en reagruparles con su familia.
Posteriormente, si fuera necesario, se realizan programas especiales bajo parámetros que garanticen sus derechos y el total control de las gestiones. Nuestras organizaciones no realizan este tipo de procesos.