Día 5 de mayo. Día Internacional del Medioambiente

  1. El cambio climático, los sistemas extractivos y la agroindustria afectan directamente a las poblaciones más empobrecidas, atentan contra sus territorios y esquilman los bienes comunes
  2. Garantizar la protección del planeta es imprescindible para garantizar los derechos humanos de las personas y los pueblos.
  3. Se calcula que, de los 60 millones de personas desplazadas, migrantes y refugiadas, 20 millones lo son por causas asociadas al cambio climático
  4. Por primera vez una agenda internacional – la Agenda 2030– conecta el desarrollo con el medioambiente.

 

4 de mayo de 2016. La Agenda 2030, firmada por 196 países el pasado mes de septiembre abre la puerta la creación de políticas que contemplen el desarrollo y el medioambiente como cuestiones directamente relacionadas. Nunca antes se había conseguido que una agenda de este tipo estableciera la relación directa de una y otra. Esto abre numerosas puertas, aunque también trae algunos baches que deberán ser tenidos en cuenta.

Afrontamos una crisis ecológica grave. Las investigaciones sobre cambio climático alertan sobre una alarmante pérdida de biodiversidad que afecta directamente a las condiciones de vida de millones de personas. La sobreexplotación de los recursos, la contaminación de los entornos, el acaparamiento de tierras, la agroindustria o la privatización de bienes comunes, como el agua, están expulsando a las poblaciones de sus territorios, causando enfermedades crónicas y acabando con los ecosistemas.

La urgente necesidad de un cambio de modelo

A pesar de esta situación límite, tanto la Agenda 2030 como el Acuerdo Climático de París, muestran una excesiva confianza en las soluciones mercantiles y tecnológicas como varita mágica ante tales desafíos. Olvidan, sin embargo, que la tecnología no es suficiente si no se tienen en cuenta otras cuestiones que son determinantes. Consumimos y generamos residuos a un ritmo que sobrepasa la capacidad de regeneración del planeta y eso es insostenible.Es urgente, apostar por un modelo socioeconómico que respete los límites del planeta y eso pasa, necesariamente por un cambio en los sistemas productivos y de consumo.

Por otra parte, aunque la Agenda 2030 atribuye responsabilidades universales a los países, la responsabilidad de unos y otros en el cambio climático no es la misma. La inequidad en la apropiación de los recursos es evidente y, por tanto, los deberes de unos y otros han de ser diferenciados.

La puesta en marcha de modelos respetuosos con el medioambiente y los derechos humanos es posible. Se necesita, eso sí, voluntad política y compromiso ciudadano. La gravedad de la situación exige cambios urgentes; esperemos que todos los actores estemos a la altura.

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