Madrid, 14 de marzo de 2014. Tres años después del inicio del conflicto en Siria, más de 9 millones de personas necesitan ayuda humanitaria, casi 7 millones se han visto obligadas a abandonar sus hogares y desplazarse internamente, y 4,5 millones se han refugiado en países vecinos. La escasa voluntad de solución por parte de los actores implicados hace temer que empeore aún más si cabe. La gravedad de la situación exige combinar la atención humanitaria a la población con la ayuda a medio largo plazo. El establecimiento de corredores humanitarios y la garantía de un acceso libre y directo a las víctimas son absolutamente urgentes.

La comunidad internacional debe contribuir de manera firme e inmediata a la solución del conflicto para garantizar, de esta forma, el regreso de la población a sus hogares. No hacerlo daría cuenta de un sistema inoperante que debería avergonzarnos

Conflicto regional

Las ONGD presentes en la región denuncian las graves consecuencias que un conflicto de tales dimensiones tiene no sólo para Siria, sino también para los países de la zona, como Jordania, Líbano, Turquía, Egipto y Kurdistán iraquí que están acogiendo generosamente a la población refugiada. Actualmente entre 200.000 y 250.000 personas huyen de Siria cada mes. La presión que tal flujo de personas supone para los servicios de estos países, que no estaban especialmente consolidados, les está llevando a una situación límite. A ello se unen los altos niveles de inseguridad alimentaria que están deteriorando gravemente la situación nutricional de la población y el hecho de que muchos hospitales hayan dejado de funcionar. Sin recursos suficientes para atender las necesidades básicas de las personas y fortalecer los sistemas públicos de atención, los riesgos humanitarios son enormes.

Se necesitan niveles de ayuda sin precedentes

Naciones Unidas ha hecho un llamamiento de 6.500 millones de dólares, una cifra sin precedentes. Los países donantes no han aportado más que un 12% y España ha contribuido con 5,5 millones de euros, una cantidad escasa para las exigencias humanitarias de una realidad de tales dimensiones.

España, a pesar de ser  un actor reconocido y activo en Oriente Medio, no ha estado a la altura de las exigencias humanitarias de una crisis de tales dimensiones; los brutales recortes sufridos por los fondos destinados a ayuda humanitaria la han reducido su mínima expresión. El gobierno español debe implicarse con mayor fuerza, a través de la UE y la ONU, en buscar una solución al conflicto y desarrollar toda su capacidad de intermediación en la región para avanzar en la construcción de la paz.

Como ONG que trabajamos con Acción Humanitaria y Desarrollo demandamos:

  • Respeto por el Derecho Internacional Humanitario
  • Cese de los ataques contra la población civil y garantías de acceso a la asistencia humanitaria
  • Suspensión de la venta de armas a las partes implicadas en el conflicto
  • Compromiso de realizar un diálogo de paz inclusivo en el que las personas directamente por el conflicto participen de manera activa, especialmente la sociedad civil y las mujeres.

Como representante de más de 400 organizaciones de desarrollo de nuestro país, la Coordinadora de ONGD-España entiende que es necesario por parte de la comunidad internacional y, en particular, del gobierno español, proveer una ayuda urgente y eficaz para afrontar las crecientes necesidades humanitarias en esta crisis y encontrar una solución al conflicto que evite el sufrimiento de la población siria.

ONG de todo el mundo se han sumado a la iniciativa With Syria, que pide a los líderes mundiales redoblar los esfuerzos para acabar con el conflicto y garantizar condiciones de vida digna para la población siria.

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